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El de antes, pero sin gol
Los blancos, con un fútbol aburrido y deprimente, sólo empujaron al final y se estrellaron contra Aouate
MALLORCA. Actualizado: GuardarA pesar de que ha fichado al técnico destinado a devolver la motivación a los jugadores y la grandeza al Real Madrid, en el estreno de la Liga fue el equipo de antes, aburrido y deprimente, pero en su debut incluso peor: sin gol. Los blancos sólo empujaron al final frente al Mallorca y se estrellaron contra Aouate, el mismo portero que la pasada temporada se llevó en el estadio balear cuatro goles del Madrid , tres de ellos de Cristiano Ronaldo. El guardameta israelí salvó al Mallorca y propició el primer pinchazo, por ser suave, de este Real Madrid que aspira a todos los títulos pero que por el mismo camino podría volver a pegarse un batacazo.
De Mourinho depende que dé el giro necesario a lo largo de una temporada en la que el Madrid y el entrenador serán examinados con lupa. El técnico portugués, que sigue con pruebas aunque ya no es pretemporada, necesita tiempo, pero a este Madrid se le debe exigir muchísimo más. En Palma, acostumbrado a decidir con su calidad, reaccionó demasiado tarde. Acostumbrado a ello, confiaba en resolver en los últimos minutos, pero el Madrid , muy gris, se quedó también seco no sólo de juego, sino también de cara a portería, pese a tanta clase que se acumula arriba y a veces se estorba.
Mourinho no tardó en hacer un par de cambios, aunque no le sirvió de nada, porque Özil, aparte de que acaba de llegar, se parece muy poco al del Mundial, y Benzema, pese a sus intenciones, todavía sigue buscándose a sí mismo para intentar ganarse la confianza perdida. Tuvo un momento mejor de juego el Madrid en el ecuador de esa segunda parte en la que fue sin embargo el atrevido Mallorca el que tuvo más y mejores ocasiones.
Excepto en un primer mano a mano que le salvó Aouate a Higuaín cuando el argentino volvió a ganarle la partida a la defensa balear. El Madrid volvió sin embargo a quedarse sin el balón y a perder el sitio, y su entrenador hizo otro experimento con la entrada de Khedira por Arbeloa. Quizás demasiado tarde, cuando el Mallorca se había rehecho y presumía de toque y profundidad frente a un rival hundido. Cristiano se fue desesperando, y aún más cuando se escoró demasiado y falló su gran oportunidad ante el insuperable Aouate.
Aun tuvo otra más Higuaín de la que salió otra vez airoso el portero israelí, y ahí se acabó el Madrid . Sin gol, sin físico, y sin espíritu de equipo.