Sociedad

Un 'miró' en la pared de su casa, por 9.000 euros

El 'merchandising' de los museos abarca un amplio abanico de precios, de las asequibles postales a las valiosas litografías

MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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«El consumo es cultura y viceversa». Lo insinuó el arquitecto holandés Rem Koolhas y no se equivocó. Un museo no sería más que el centro donde exponer arte si no fuera por sus servicios anexos. Las cafeterías son un filón, los restaurantes se abren para paladares exquisitos y las tiendas, por suerte, son para todos los públicos. Y es que el 'merchandising' genera a las entidades hasta el 25% de la facturación anual, como en el madrileño Thyssen-Bornemisza. Es decir, bolis, postales, camisetas y demás 'souvenirs' suponen para la pinacoteca más de tres millones de euros. El resto de museos ha de conformarse con un dato más tímido, pero no menos importante. «Siempre es una ayuda», aseguran.

Las tiendas ofrecen todo tipo de objetos 'tuneados' en referencia a la exposición vigente, al pintor fetiche de la galería o, incluso, en versión minimalista, con el simple nombre de la entidad. Son muchos los visitantes que consideran estos pequeños espacios como una extensión de la pinacoteca, una verdadera costumbre con la que finalizar el recorrido. Tal es el éxito, que alguno que otro ha ampliado la instalación e, incluso, abierto sucursales. Es el caso del MoMA de Nueva York, que gracias al renombre que adquirió su espacio, abrió una 'macrotienda' en Tokio, como si de una marca cualquiera se tratara.

Si en algo coinciden todos los museos es en el recuerdo más comprado: la postal. Un producto práctico, pequeño y barato, que permite deshacerse de la calderilla. En el Thyssen-Bornemisza es el que más adeptos tiene. Y el de menor coste, 1 euro, aunque en la Fundación Dalí de Figueras vale 0,65. Entre 50 y 80 céntimos cuesta en el CAC, y en el Picasso se pueden llevar una por 1,10 euros.

Lo más exclusivo

Y de lo más económico, a lo más exclusivo. El Prado vende un kimono de seda pintado a mano que alcanza los 1.100 euros. Y en los tres pisos que conforman la tienda del Guggenheim se ofrece un anillo de Bulgari diseñado por Anish Kapoor valorado en 700 euros o un collar hecho a imagen y semejanza de un ejemplar de Gucci, pero que cuesta diez veces menos. No se olvidan del arte y se comercializan obras gráficas de artistas internacionales, aunque muchas de las litografías son, en principio, para los amigos del museo. Su precio puede ascender hasta los 4.000 euros. Pero el Thyssen le gana por goleada: durante la exposición de Miró se llegó a vender una litografía del artista por 9.000 euros.

La razón de ser de las tiendas siempre han sido el catálogo del museo y las monografías. En el Prado destaca la guía oficial, valorada en 36 euros; mientras que en la Fundación Dalí, el manual del teatro-museo es el producto más vendido, a 12. Se lleva la palma el catálogo razonado de cerámica de Picasso, el producto más caro en la pinacoteca malagueña con un precio de 384 euros. Es una de las mil referencias bibliográficas sobre el genio que se pueden adquirir en la Librería del Museo Picasso. «Quien busca una publicación específica sobre Picasso la encuentra aquí y, si no, la buscamos», explica María Ortiz, asistente de la tienda. Está desde el catálogo de una exposición en curso del pintor en cualquier lugar del mundo hasta ediciones en chino o japonés.

Ocurre igual en el CAC Málaga, donde la Librería Cincoechegaray-CAC es «un complemento intelectual para quien visita un centro de arte contemporáneo», en palabras del director del espacio expositivo, Fernando Francés. Si su bolsillo lo permite, puede hacerse -por encargo- con ediciones de catálogos especializados que alcanzan los 3.000 euros u optar por otros ejemplares más económicos relacionados con todo tipo de manifestaciones contemporáneas: desde la arquitectura al arte gastronómico.

Innovación

Pero no sólo de libros viven las tiendas del Picasso y el CAC. «El visitante nos demandaba recuerdos asequibles... y empezamos a ampliar la oferta», cuenta Ortiz. Las creaciones del artista o el logo del MPM se estampan en todo tipo de productos clásicos (boli, cuadernos, bolsos...) e innovadores (como un taco de notas de 13 euros con el logo que se puede girar y cambiar de forma).

La innovación también se impone en el CAC, que en otoño vivirá la transformación de su Librería. Por fuera, ofrecerá una imagen «más atrevida y divertida», como explica Nuria Jiménez, responsable de la tienda. Por dentro, ya ha comenzado la renovación de sus fondos con la incorporación de DVD de cine de autor, documentales de arte, música contemporánea y electrónica... Y ya se prepara una línea de papelería exclusiva para el CAC Málaga con una amplia gama de productos.