TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

MÁS ALLÁ DEL SEGUNDO PUENTE

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La política hace extraños compañeros de cama. En la reunión del Consejo Económico y Social que siguió al anuncio de que el segundo puente a Cádiz estaría terminado en 2012, la alcaldesa de la capital, Teófila Martínez, felicitaba a todas las administraciones por dicho logro, mientras que sindicatos y empresarios coincidían en que dicha obra fundamental para el imaginario de la Bahía no era el bálsamo de Fierabrás que resolvería todos los problemas de este entorno.

«Si viene a decir que el segundo puente estará en el Doce será siempre bien recibido y sacaremos hasta pancartas para saludarle», habían anunciado los populares gaditanos en vísperas del desembarco ministerial del pasado martes. Tras la inyección de 40 millones de euros hasta finales de año y otros 42 para 2011, parece que este proyecto no correrá la misma suerte que el monumento de las Cortes que preside la Plaza de España y que coronó la efemérides del primer centenario, pero que no fue acabado hasta 17 años después.

¿A quién habrá que colgarle las medallas, a la alcaldesa gaditana por impulsar un manifiesto ciudadano ante la posibilidad de que se interrumpieran las obras sine die, o a la Junta de Andalucía por convencer al Gobierno central de que corrigiera su error, tal y como se escenificó durante la reunión de dos horas que el lunes mantuvieron en La Moncloa el presidente andaluz José Antonio Griñán y el del Gobierno estatal, José Luis Rodríguez Zapatero? Tras el parón que sufrieron las obras del puente en junio de este año, ante los impagos de Fomento, este ministerio ha enmendado las cuentas a fin de reanudar los trabajos que, por otra parte, ya se encuentran a más del 60% de ejecución. Ahora, como ha reclamado Marta Meléndez, la candidata socialista a la alcaldía de Cádiz, habrá que ver cómo afronta el Consistorio gaditano su parte del acuerdo. Como se sabe, el segundo puente de Cádiz supone la construcción de un tramo de autovía de cinco kilómetros que, además de dos carriles por sentido para el tráfico, incluirá dos vías para el tranvía de la Bahía que construye por otra parte la Junta y cuyo acabado superará en conjunto los 315 millones.

Sin embargo, no dejemos que el puente nos impida ver el bosque. Los actuales recortes presupuestarios a los que habrá que sumar las consecuencias de que el próximo año se agoten los fondos europeos, tendrán que llevar a redefinir las prioridades de la provincia gaditana en materia de obras públicas e infraestructuras. Y habrá que apostar por aquellas iniciativas que redunden a favor de la economía y de la población de toda la provincia. Así se manifestó, dentro y fuera de la reunión del martes, el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, a quien le preocupa que algunas otras infraestructuras que se venían reclamando desde esta circunscripción sufran un cajonazo indefinido. A él, lo que le quita el sueño en rigor es el nudo de Tres Caminos y el ramal con La Cabezuela, o la recuperación del Puente Zuazo, Real Carenero y otros espacios históricos, una reivindicación incluida en una carta que le entregó junto al alcalde de San Fernando al ministro Blanco.

Y en el lote, incluyó el desdoblamiento de la antigua carretera N-IV entre Jerez y Sevilla o el enlace ferroviario Algeciras-San Fernando, que podría conectar las dos bahías y gaditanas y por lo tanto sus dos puertos. Porque más allá del faraonismo del segundo puente, se supone que este tendrá un efecto claro sobre la actividad portuaria. Así lo ha asumido Rafael Barra, presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, que ha asegurado que no sólo mejorará la competitividad de estos muelles en materia turística, en cuanto a atracción de cruceros, sino también en el caso del tráfico de mercancía ro-ro y contenedores, a partir de la Terminal que espera la tramitación de declaración de impacto ambiental en el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y que espera adjudicar esta obra en enero de 2011. Una dimensión de negocio que ha supuesto el despegue del puerto de Algeciras durante los últimos 30 años y que, de llevarse a cabo ahora de forma racional y no bajo miras localistas, podría suponer una adecuada sinergia entre ambas autoridades portuarias.

El pasado 1 de julio, Blanco visitó el puerto de Algeciras, sin que se anunciaran grandes avances en la agenda pendiente para dicha comarca, mientras la autoridad portuaria de dicha Bahía sigue empeñada en desviar buena parte del tráfico de pasajeros hacia Tarifa, a través de un macroproyecto que ante las presiones ciudadanas y los informes adversos, ha tenido que reformar discretamente a la baja, pero que seguirá generando polémica. Allí, sin embargo, siguen pendientes de completar los arreglos de la línea ferroviaria entre Algeciras y San Pablo de Buceite, o el discutido desdoblamiento de la carretera entre dicho puerto y Vejer de la Frontera. Por no hablar de otras obras menores, que en otro tiempo se exigieron y que duermen el sueño de los justos, como el acceso sur al recinto portuario.

No hay dinero para todos. No hay dinero para todo. Habrá que elegir. Pero también, por una vez en la historia y para no repetir los errores del pasado, tenemos la oportunidad de no cometer los errores del pasado y hacer provincia en su conjunto sin privilegiar a unos territorios sobre otros. Encaje de bolillos, se llama dicha operación. Una manualidad imposible en los tiempos que corren, en donde la consigna más repetida sigue siendo la de '¿y de lo mío, qué?'.