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Albacete, Burgos y Zaragoza dan el último adiós a las tres víctimas
El capitán, el alférez y el traductor asesinados en Afganistán fueron enterrados en Tarazona, Aranda y Cuarte de Huerva
MADRID. Actualizado: GuardarEl capitán José María Galera, el alférez Abraham Leoncio Bravo y el traductor Ataollah Taefik Alili, muertos en atentado en Afganistán, recibieron ayer el último adiós en Tarazona de La Mancha (Albacete), Aranda de Duero (Burgos) y Cuarte de Huerva (Zaragoza), localidades donde han sido enterrados.
El funeral por el capitán de la Guardia Civil José María Galera se ofició en la iglesia de San Bartolomé Apóstol de Tarazona de La Mancha, localidad donde reside buena parte de su familia.
Antes de asistir a la ceremonia, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, trasladó a la familia de Galera el «respeto, cariño y apoyo de los castellanomanchegos». Acompañado por el delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma, Máximo Díaz-Cano, Barreda se desplazó hasta el domicilio de los abuelos maternos de Galera para expresar sus condolencias a la viuda, los padres y los abuelos del fallecido.
El presidente de Castilla-La Mancha lamentó la pérdida de «uno de los nuestros, nacido en Albacete y casado en Tarazona de la Mancha, con gran imbricación en nuestro pueblo, como se ha puesto de manifiesto a través de los cientos de personas que han recibido sus restos mortales en la Plaza Mayor de Tarazona».
Tras las exequias, se interpretó el himno de la Guardia Civil para honrar la memoria de Galera y la bandera de España que cubría el féretro fue entregada a su viuda.
En Aranda de Duero (Burgos), la familia del alférez de la Guardia Civil Abraham Leoncio Bravo depositó sus cenizas, en estricta intimidad, en el cementerio de San Pedro Regalado.
Ni siquiera el alcalde de la localidad, Luis Briones, asistió a las honras por el difunto «por expreso deseo de la familia», que ha querido vivir esos momentos «de la manera más íntima posible». Briones comentó que ha ofrecido a la madre y las hermanas del alférez asesinado, que siguen residiendo en el barrio de Santa Catalina de Aranda de Duero, «la colaboración del Consistorio para cualquier homenaje que quieran realizar».
Nada más conocer el asesinato, el Ayuntamiento de Aranda de Duero decretó tres días de luto y sus banderas ondean a media asta. Aunque nació en La Coruña, Abraham Leoncio Bravo se trasladó con su familia a Aranda de Duero con sólo quince días de vida y pasó en esta localidad burgalesa toda su infancia y juventud.
En Cuarte de Huerva (Zaragoza), más de trescientas personas despidieron al intérprete Ataollah Taefik Alili, en un acto que se celebró en la localidad donde residía junto a su familia.
Ceremonia bahai
Los restos mortales del traductor español de origen iraní fueron trasladados hasta el auditorio del municipio, donde se depositó el féretro, rodeado de más de una veintena de coronas y ramos de flores.
Hasta este lugar se han acercado familiares y numerosos amigos y miembros de la comunidad Bahai, religión que profesaba Ataollah Taefik Alili, quien se encontraba en Afganistán desde hace tres meses, contratado por el Ministerio de Defensa, y que tenía previsto regresar el 4 de septiembre a España.
El portavoz de la familia, Lorenzo Pons, aseguró que su viuda y sus dos hijos, de 21 y 16 años, «están destrozados», ya que ha sido «una pérdida trágica, repentina», y ahora «tienen que pasar su duelo, tienen que ir acostumbrándose e ir arreglando su vida sin esa persona que ha sido el cabeza de familia».
El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y el consejero de Obras Públicas del Ejecutivo aragonés, Alfonso Vicente, entre otras autoridades, participaron en un acto sencillo en el que se recordó la vida del traductor y se explicó en qué consiste la religión Bahai. Ataollah Taefik Alili ha sido enterrado en el cementerio de Cuarte de Huerva en un acto íntimo.