El dragado atrae la atención de los bañistas que no dudan en contemplar el aporte de arena. :: ROMÁN RÍOS
Ciudadanos

«¿No podían haber esperado una semana?»

Los bañistas no entienden que los trabajos se acometan a finales de agosto en vez de haber reparado la playa antes del verano La regeneración en plena temporada de baño molesta a los turistas en Camposoto

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Les ha costado, pero Andrés Casado y Pilar Velázquez han conseguido encontrar aparcamiento en la zona de estacionamiento habilitada en el centro de la playa de Camposoto. Esta pareja madrileña, él es informático y ella enfermera, han decidido pasar sus últimos días de vacaciones en San Fernando junto a unos familiares. Cargados con sus bártulos enfilan la pasarela de madera, dispuestos a pasar una jornada playera con tranquilidad. Pero, al llegar al final se encuentran con un espacio de la playa acotado y en el otro una maraña de sombrillas agolpadas. «Es más complicado encontrar un hueco para dejar los trastos que aparcar». Desesperado, Andrés busca -con la mano en la frente, para protegerse del sol- un sitio mientras que Pilar clava su mirada en el gran tubo que expulsa arena y agua. Como la marea está subiendo deciden marcharse a casa. «No entiendo qué lo hagan ahora. No digo que no sea necesario pero se debería de haber hecho en mayo o principios de junio, no ahora que acaba el verano».

No son los únicos, José Antonio Pelliterio viene de León y se aloja en un hotel isleño, conoce bien la provincia y junto a su mujer tras ver los trabajos que se están acometiendo decide tirar para la Barrosa. «No hay ningún cartel que avise de nada y falta información. Además se ve a la gente muy pegada y seguro que el agua está demasiado revuelta, prefiero marcharme».

Nadie pone en duda la necesidad del aporte de arena, pero la mayoría cuestiona el momento elegido para llevarla a cabo. Sobre todo porque Camposoto sólo tiene dos kilómetros habilitados de playa y porque son días de intenso calor, que provoca que el número de bañistas se multipliquen.

«Cuando sube la marea parecemos sardinas en lata», expuso José Orellana. Motivo por el que muchos deciden recoger sus cosas y partir a casa ante la imposibilidad de disfrutar del litoral. «Esta playa es una de las mejores que hay en la provincia y con estas cosas se la van a cargar. Que no digo que no lo hagan, pero podrían haberse dado prisa antes y no ahora. Además hay mareas muy grandes y todos y es imposible que quepamos todos en un espacio reducido por unos trabajos que ya no van a servir para que las personas lo disfruten».

Y una pregunta se repite en boca de todos los que pasean por la orilla. «¿No podían haber esperado una semana?», en esta ocasión lo dice José María Guerrero, pero es un pensamiento compartido por la mayoría de bañistas que no dudan en acudir a las vallas para ver como el tubo expulsa arena. Hasta 100.000 metros cúbicos para recuperar la playa.