Una vocación de familia
Actualizado: GuardarDicen sus compañeros de la UAR que el capitán José MarÍa Galera ansiaba desde pequeño ser guardia civil, como su padre José. Nacido en Albacete, el oficial, de 33 años, cumplió su sueño en 2000, cuando ingresó en el cuerpo. Le gustaba la lucha antiterrorista y eligió que su primer destino fuera el País Vasco. Al poco tiempo, dio el salto al Centro Especial de la Unidad de Acción Rural, el cuartel de los cuerpos de élite de la Guardia Civil. Su implicación en la lucha contra ETA le valieron dos Cruces al Mérito. Pero como los retos eran lo suyo, en marzo pidió incorporarse a los equipos de adiestramiento en Afganistán, donde ya había sido condecorado, esta vez por la OTAN.