Una mujer pasa ante las pancartas de protesta en la frontera con Melilla, hace una semana. :: EFE
ESPAÑA

Rubalcaba asegura que para «acabar» con las tensiones había que ir a Rabat

El PP acusa al ministro de «tomar el pelo» a los españoles por juzgar terminado el conflicto con un pacto sobre comisarías

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, rechazó ayer las críticas del PP sobre los incidentes en Melilla y aseguró que su obligación era viajar a Rabat y no a la ciudad norteafricana porque era a la capital marroquí adonde «había que ir» para «acabar» con los incidentes que desde julio pasado habían desatado la tensión en la frontera hispano-marroquí.

El responsable de Interior dijo que era «innecesaria» una escala en Melilla para reunirse con las fuerzas de seguridad, que habían sido acusadas por la parte marroquí de actuaciones «racistas» en la frontera, ya que «los agentes saben que tienen mi apoyo porque lo he expresado públicamente y lo he defendido». Comentó que en cuanto recibieron por vía diplomática las cinco denuncias del Gobierno de Rabat sobre supuestos actos de «racismo», se llegó a la conclusión de que «no eran tales» episodios xenófobos y se dieron al país vecino las «explicaciones oportunas y se acabó».

El ministro recordó en la Cadena Ser la defensa pública que del trabajo de los policías de la frontera realizó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa posterior a su despacho con el Rey en Palma de Mallorca, y señaló que «nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer y la prueba es que este tema está resuelto y bien resuelto».

En su opinión, el problema es que el PP, tanto con las visitas a Melilla de Esteban González Pons como del ex presidente José María Aznar no buscaba denunciar injusticia alguna o solidarizarse con nadie. «Al igual que sucede con otros temas importantes, como la crisis económica, lejos de ayudar, ha intentado poner palos en la rueda del Gobierno», señaló. Rubalcaba apuntó que la diferencia está en que el Ejecutivo prefiere construir «con la cabeza» sus relaciones con Marruecos mientras el PP prefiere «la política de los cabezazos». Se declaró además convencido de que Aznar sabía que con su visita «no nos hacía ningún favor», que era «innecesaria e inconveniente», pero que tiene «la mala costumbre de hablar mal del Gobierno español» y de «hacerlo dentro y fuera de España».

La portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció, por su parte, que su grupo ha reclamado la comparecencia en el Congreso de Rubalcaba para que explique «¿por qué cada vez que hay un problema con Marruecos siempre llega al mismo acuerdo?». El PP quiere saber por qué el ministro «toma el pelo» a los españoles al decir que el lunes pasado cerró con su homólogo marroquí un acuerdo para abrir dos comisarías conjuntas, en Tánger y Algeciras, que zanjan todos los roces entre ambos países, cuando es un compromiso al que ya llegó hace dos años en una reunión idéntica en Rabat. Sáenz de Santamaría reclamó al titular de Interior que «dé la cara» ante los incidentes y que deje de «escaquearse» porque su problema es que tiene «mala cabeza, mala memoria y, después de escucharle hoy, mala conciencia».