Steinmeier junto a su esposa, Elke Büdenbender. :: AP
Sociedad

Un riñón socialdemócrata

El líder del SPD alemán, Walter Steinmeier, deja temporalmente la política para donar uno de sus órganos y salvar a su esposa

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La agitada y despiadada vida política alemana se dulcificó ayer con un inédito gesto de humanidad. En una inesperada rueda de prensa que habría preferido no tener que convocar jamás, el líder del partido socialdemócrata y ex ministro de Asuntos Exteriores durante el gobierno de gran coalición, Frank-Walter Steinmeier, compareció en el Reichstag, la sede del Parlamento federal, y anunció su decisión de donar un riñón para salvar la vida de su mujer, Elke Büdenbender.

«Mi esposa está gravemente enferma y, según los médicos, sólo un trasplante de órgano le puede ayudar a salvar la vida», desveló el dirigente político, de 54 años. Por ello, y «ante la falta de una alternativa», prosiguió el líder del SPD, «yo mismo seré el donante». Y es que, la lista de espera que existe en el país para someterse a este tipo de trasplantes es tan amplia que a Steinmeier no le ha quedado otra salida.

Con todo, su anuncio corrió como la pólvora por todo el país y trajo, cosa extraña, la unanimidad. La Prensa alababa el gesto del político, que se retirará por un tiempo de la política activa para ayudar a su esposa, y en la jungla política germana se levantaba una espontánea ola de solidaridad encabezada por la propia canciller, Angela Merkel, que telefoneó a su ex ministro nada más conocer la noticia. También varios miembros de la coalición de gobierno destacaron el gesto humano del líder socialdemócrata.

Aunque Steinmeier evitó dar detalles sobre el lugar y la fecha de la operación, varios medios señalaron en sus ediciones electrónicas que la intervención tendrá lugar hoy mismo, si bien no desvelaron dónde. Y es que, en su comparecencia, él mismo pidió a los periodistas que respetaran su vida privada y evitaran informar sobre la operación y la posterior recuperación.

Steinmeier y su esposa Elke forman una pareja consolidada desde hace más de 20 años. En 1995 contrajeron matrimonio y un año más tarde nació su hija. A pesar de la grave enfermedad de su esposa y de los riesgos que conlleva la donación de un riñón, el líder socialdemócrata se mostró tranquilo y optimista. «Pueden estar seguros de que me volverán a ver como en los viejos tiempos», dijo antes de anunciar que tiene previsto regresar a sus quehaceres políticos a finales de septiembre. Joachim Poss asumirá sus funciones en su ausencia.

Aunque el gesto del líder socialdemócrata es inédito, no es la primera vez que un político alemán abandona la primera línea de batalla por motivos personales. En noviembre de 2007, el entonces ministro del Trabajo y vicecanciller, Frank Müntefering, renunció a todos sus cargos para estar al lado de su esposa, que sufría un cáncer terminal. Después de su muerte, Müntefering regresó a Berlín y volvió a ser elegido presidente del SPD.

Eso mismo prometió ayer Steinmeier. «Nos volveremos a ver muy pronto», aseguró a los periodistas antes de desaparecer de los pasillos.