Fairplay Golf Hotel & Spa. El empresario del hotel de lujo de Benalup, Bernard Devós está muy satisfecho con el crecimiento de su clientela este verano, a pesar de que esta no es la temporada alta de un alojamiento enfocado al golf. :: R. RÍOS
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El lujo turístico se vende mejor

| CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«No hemos podido decir 'Estamos completos', pero casi, casi». La directora del hotel Playa Victoria, Rocío Sutil, resumió cómo se está viviendo este verano complicado en los mejores alojamientos de la provincia. Y el balance es positivo. Todos los hoteles de cinco y cuatro estrellas consultados aseguran haber crecido entre cinco y diez puntos respecto a la ocupación del verano pasado. No parece una gran subida «pero cuando hablamos de alojamientos que están al 90% de ocupación, una subida de seis puntos es casi un lleno», aclaró el director comercial de la cadena Hipotels, Dushan Ocepek, quien representa a seis alojamientos con más de 3.000 camas en la costa de Cádiz. No pasa lo mismo en hoteles de tres estrellas, con mayores dificultades para mantener su volumen de negocio en plena crisis de la demanda.

Que los alojamientos más caros sean los que mejor están aguantando esta temporada responde a una suma de factores. El turista con un elevado poder adquisitivo (la clientela de hoteles de cinco y cuatro estrellas) sufre menos la crisis que otros segmentos de la población, más habituales en alojamientos de menor categoría o incluso en pisos de alquiler. Y por otra parte, las políticas de ventas de los hoteles de Cádiz han dado en la diana. Aunque cada hotel es singular, tiene un público bien diferenciado y ha adoptado su propia estrategia, todos tienen algo en común: se han adaptado a las nuevas exigencias del cliente y han sabido retener a su clientela fiel.

La directora del Playa Victoria, Rocío Sutil, prefirió hablar «más que de crisis de cambios de comportamiento en el sector». «Hemos tenido que trabajar mucho para alcanzar la ocupación que tenemos ahora», apuntó Sutil, quien aseguró que el mayor logro de este destino ha sido mantener los precios, «lo más que se ha podido». En su caso, la tarifa hotelera ha subido diez euros y, a pesar de que una habitación doble estándar con media pensión supera los 300 euros por día, el viernes pasado quedaban sólo seis libres. «Ni siquiera vamos a abrir la venta en Internet porque este fin de semana llenaremos seguro», puntualizó la directora del alojamiento. Y esto, a pesar de que la mayor parte de la clientela de verano del Playa Victoria (cuatro estrellas) son turistas españoles y en el mercado nacional es donde más se está sufriendo la crisis económica.

En el Fairplay Golf Hotel & Spa, un alojamiento de cinco estrellas ubicado en Benalup, también están contentos con la ocupación alcanzada, aunque su situación es totalmente distinta. En este caso, su temporada alta coincide con la del golf (primavera y otoño), pero a pesar de esto el empresario y director, Bernard Devós, apuntó que el mercado nacional está respondiendo mejor que durante el año pasado. Devós está muy satisfecho, además de con las cifras de este verano, con las previsiones de otoño, que apuntan que el Fairplay estará al 80% de su capacidad durante los meses de septiembre, octubre y noviembre.

La 'joya' de Benalup

«Además estoy especialmente satisfecho de que en los meses más flojos, enero y febrero, tendremos la presentación del nuevo modelo de Ford Focus», explicó el empresario. Esto supondrá una ocupación excelente durante seis semanas, en las que los delegados comerciales de la firma en Europa irán pasando por el hotel de Benalup para conocer el nuevo producto de la marca automovilística. Otro caso singular, es el del alojamiento del grupo Jale en El Puerto de Santa María, el hotel de cinco estrellas Duque de Medinaceli. Su director, Andrés Guerrero, explicó que éste es un caso especial porque sólo tiene 28 habitaciones, «que se llenan con clientes de hace más de 30 años». En este caso, como en todos los alojamientos citados, la fidelización es parte importante del éxito. «Nuestros clientes del Medinaceli no tienen tantos problemas económicos. Pero, quizás, los hoteleros ponemos demasiadas expectativas en agosto, y un mes no puede remontar los datos de todo un año», resumió Guerrero. El grupo Jale también tiene en El Puerto el hotel Monasterio San Miguel, un alojamiento de cuatro estrellas y 165 habitaciones, que cuesta más esfuerzo llenar, «especialmente con una clientela nacional en crisis. Por eso estamos introduciendo más mercado internacional». En estos hoteles, como en otros muchos, ha habido una leve bajada de precios, «que no puede ser mayor para mantener el nivel de servicio que damos y el estatus de nuestra clientela», concluyó Guerrero.

El Barceló Sancti Petri, con una filosofía totalmente distinta: un gran hotel a pie de playa y mucho cliente extranjero, también está soportando bien los rigores de este verano de crisis. La directora comercial del alojamiento, Rosario Acacio, explicó que aunque no se alcancen los niveles de ocupación deseados, «al menos, no vamos a bajar los precios». La experiencia de este equipo comercial es similar a la de otros; mucho esfuerzo para lograr los objetivos o acercarse a ellos.

Los directivos de los hoteles de lujo de La Costa de la Luz aseguran que están capeando la difícil situación económica porque realmente la apuesta por la calidad funciona. Y porque este sector está acostumbrado a aguantar temporales con una sonrisa.