Adriá, junto a otros cocineros, en una cumbre gastronómica. :: LA VOZ
Sociedad

Los fogones, académicos

El Gobierno dota a la Real Academia de Gastronomía de la misma consideración institucional que la RAE

MADRID. Actualizado: Guardar
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Era de cajón que en el país de Ferrán Adrià, el mejor cocinero del mundo durante varios años, en la tierra de los Aduriz, Arzak, Subijana, Santamaría, Arola y tantos y tantos otros cocineros que se baten el cobre de tú a tú con los mejores del planeta, tuviera su Real Academia de Gastronomía. De hecho ya existía, pero aun siendo 'Real', no tenía el mismo rango institucional que las reales academias de la Lengua, Bellas Artes, Historia o Farmacia. Así era hasta que este viernes el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Educación, decidió equipar a la institución que vela por nuestro rico patrimonio culinario y la sabiduría y el talento que se despliega sobre nuestros fogones al rango de sus 'reales hermanas' de otras disciplinas. También se quiere reforzar el papel económico de nuestra cocina y contribuir a la mejora de los hábitos dietéticos y alimentarios de los españoles.

Ha sido en virtud de la aprobación de un Real Decreto por el que se convierte a la Real Academia de Gastronomía en una corporación de derecho público, equiparando de facto al resto de Reales Academias de ámbito nacional a la Academia Española de Gastronomía , que fue fundada como una asociación cultural sin ánimo de lucro en 1980. Se adaptó luego a la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Asociación, del 22 de marzo de 2002 y la Casa Real le concedió en noviembre de 2008 el título de 'Real'.

El Real Decreto aprobado ayer establece la creación de la Real Academia «como corporación de derecho público». Establece así sus Estatutos de Real Academia, que constan de veintinueve artículos y le dota de un 'Alto Patronazgo' que corresponderá a la corona.

Según el Ejecutivo esta decisión «refuerza el papel importante que la gastronomía tiene en la sociedad y la economía españolas».

«La formación de primer nivel que se imparte beneficia a toda la sociedad a través de los profesionales que genera -reconoce el Gobierno- así como la labor investigadora e innovadora entendida como un esfuerzo colectivo para que los españoles disfruten de una alimentación más sana y adecuada».

Salud y patrimonio

Recuerda el Gobierno como desde el punto de vista económico, «la gastronomía aporta un valor imprescindible para varios sectores productivos y es una fuente determinante de generación de empleo».

«El turismo, la producción y distribución de alimentos o la restauración son ejemplos muy elocuentes», precisa.

También se quiere poner en valor «la relevante significación de la cocina y la gastronomía como parte fundamental del patrimonio cultural de España y sus regiones», así como «la variedad y riqueza de la gastronomía española, desde la tradicional y local hasta la creativa y de autor».

El ejecutivo cita entre los motivos que han llevado a este reconocimiento los fines de interés público que se encomiendan a la Real Academia de Gastronomía , «que pasan por la investigación, perfeccionamiento, difusión, promoción y protección del arte culinario y actividades gastronómicas propias de España».