No más impuestos
Tal medida estrangularía el incipiente crecimiento económico
Actualizado: GuardarEl ministro de Fomento y número dos del aparato socialista enunció el domingo un criterio incontestable: si se quieren servicios e infraestructuras 'de primer nivel', será necesario subir los impuestos para «homologarlos» con la media europea. Los datos que maneja Blanco son conocidos: en 2008, la presión fiscal fue en España del 33,1% del PIB, en tanto la media comunitaria fue del 39,7%. La diferencia -6,6 puntos- es significativa, pero conviene reseñar que en aquel año la recaudación ya había caído aquí por causa de la crisis más que en el resto de Europa ya que en 2007 la diferencia fue de sólo 3,3 puntos. De cualquier modo, la reflexión es inoportuna porque las prioridades actuales son, evidentemente, incrementar la productividad, estimular el crecimiento y crear empleo. El argumento cuantitativo no tiene, además, sentido si no se añaden al análisis elementos cualitativos. En primer lugar, la 'homologación' que sugiere Blanco requeriría una revisión integral del sistema fiscal: subidas del IVA y del IRPF, bajadas del impuesto de sociedades y sobre todo de las cotizaciones sociales empresariales. En definitiva, habría que avanzar hacia un nuevo pacto fiscal tras una revisión general del gasto público (por ejemplo, mediante presupuestos base cero) que asegurara su eficiencia. No es admisible una decisión de esta naturaleza sin haber saneado primero las finanzas públicas, eliminado las duplicaciones entre el Estado y las Comunidades Autónomas, confeccionado un plan más sostenible de infraestructuras, etc. En segundo lugar, el esfuerzo fiscal -presión fiscal en relación al salario medio- de los trabajadores españoles es de los más altos de Europa, por lo que una subida de impuestos es aquí más lesiva socialmente que en el entorno. Finalmente, una elevación de la presión fiscal en unas circunstancias como las actuales no incrementaría la recaudación sino al contrario. Sin necesidad de apelar a Laffer y su famosa curva, es claro que tal medida estrangularía el incipiente crecimiento. En definitiva, haría bien Blanco en filosofar sobre cuestiones reales y posibles en vez de lanzar globos sonda que no van a parte alguna y que desazonan -todavía más- a toda la sociedad.