Obama y su hija Sasha disfrutan del baño en la bahía de Saint Andrew, en Florida. :: REUTERS
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Obama recula en la batalla de la mezquita

Las críticas fuerzan al líder demócrata a matizar su apoyo a la apertura de un templo musulmán junto a la Zona Cero

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Durante semanas, Barack Obama había esquivado pronunciarse sobre el espinoso asunto de la posible construcción de una mezquita en la Zona Cero. No por ello el debate del proyecto, que parte con el aval del poderoso alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, había quedado circunscrito al ámbito local, con un sector importante de los medios y del Partido Republicano que rechazaban la conveniencia de la ubicación de un centro religioso musulmán a pocos pasos de donde cayeron más de 3.000 compatriotas víctimas de los atentados del 11-S. La contundente declaración del presidente el pasado viernes durante una cena 'iftar', o ruptura del ayuno de Ramadán, en la que defendió el derecho de una congregación árabe a construir el centro, ha servido para comprobar que muchas heridas siguen abiertas y que la nación que fundaron aquellos peregrinos ingleses inspirada en los principios de libertad religiosa está muy lejos ahora de digerir que crezca la influencia de otras creencias.

A las primeras críticas surgidas en el seno de las asociaciones de familiares de los fallecidos, que calificaron la renovación del edificio donde iría la mezquita de «traición a la memoria de las víctimas», se unieron pronto cualificadas voces de los conservadores como la ex candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, y Newt Gingrich, el duro ex portavoz de la Cámara de Representantes. «Construir una mezquita en la Zona Cero es una puñalada al corazón de las familias de las víctimas inocentes» llegó a decir la ex gobernadora de Alaska. Durante este fin de semana, un coro de legisladores de la derecha entraron a saco contra el posicionamiento de la Casa Blanca con declaraciones que no dejan indiferente a casi nadie. «Esta Administración, el propio presidente, parecen estar desconectados de la mayoría de Estados Unidos», aseguró el senador republicano por Texas John Cornyn, durante su intervención en la cadena Fox. «No se trata de la libertad religiosa. Todos respetamos el derecho de cualquiera a rezar conforme a los dictados de su conciencia -argumentó el político-, pero pienso que sería poco prudente construir una mezquita en el lugar en el que 3.000 estadounidenses perdieron la vida como consecuencia de un ataque terrorista».

Otro congresista republicano, Peter King, acusó a Obama de haber dado la impresión de apoyar la construcción del centro en un primer momento y de dar marcha atrás al día siguiente. «Si el presidente se iba a meter en esto, debería haber sido mucho más claro, mucho más preciso. No puede cambiar su decisión de un día para otro en una cuestión que está incluida en nuestra Constitución», argumentó King. Se refería el legislador a las contradicciones en las que incurrió Obama cuando matizó el sábado, de manera más ambigua, su claro apoyo al centro religioso. «No he comentado y no comentaré si es prudente tomar la decisión de construir una mezquita allí», puntualizó Obama durante su visita a la costa estadounidense del golfo de México, tratando de desligarse del punto clave del debate. «Me referí específicamente a los derechos fundamentales a que tienen las personas en este país desde su fundación», y eso incluye que los musulmanes puedan practicar sus creencias y también «el derecho a construir un sitio de oración y un centro comunitario en propiedad privada en Manhattan, de acuerdo con las leyes y ordenanzas locales».

Las autoridades municipales se han pronunciado a favor de la construcción de la mezquita, aunque todavía se está pendiente de un informe sobre el tipo de renovación que podría realizarse en el edificio conocido como Casa Córdoba.

Quienes defienden el proyecto, como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, alegan que la tolerancia es la mejor respuesta al extremismo. «La falacia está en no decir que nos atacó Al-Qaida. El islam no nos ha atacado», afirmó el congresista demócrata Jerrold Nadler en la CNN. «No fuimos atacados por todos los musulmanes. También murieron musulmanes allí», razonó.