Fallece a los 42 años Nicolás Pemán y Pérez-Serrano
CÁDIZ. Actualizado: GuardarA pesar de que sus incombustibles ganas de vivir y a pesar de la tenaz lucha que ha librado contra la enfermedad, ha fallecido en El Puerto de Santa María 'Kolia', un ciudadano que, en su intensa vida familiar, en sus diferentes actividades profesionales y deportivas, nos ha dado elocuentes pruebas de una elevada talla humana. Su concienzuda manera de afrontar el trabajo, su imperturbable forma de soportar el sufrimiento y su noble modo de interpretar la amistad y el amor explican el hondo pesar que ha causado su fallecimiento en la sociedad gaditana y, muy especialmente, en Vista Hermosa donde residía.
Nicolás Pemán y Pérez Serrano -hijo de José María Pemán Domecq y de África Pérez-Serrano- tuvo la habilidad de fundir su vida familiar y profesional con las actividades deportivas hasta tal punto que las convirtió en un todo tan unitario, que resultaba difícil separar: hijo, esposo, padre, hermano y amigo era, sobre todo, un acompañante leal y concienzudo que, en cualquiera de las situaciones reflejaba la calidad y la cantidad de su talante humano y de su hábil talento para colorear los tiempos oscuros y los espacios grises.
En este momento de luto, sus familiares, sus amigos y sus compañeros destacan, sobre todo, su tenacidad, su ternura y esa insaciable sed de vida que ha conservado hasta sus últimos días. Todos coinciden en que lo que ha caracterizado a este gaditano, por encima de todas sus cualidades y de sus debilidades, ha sido el vigor con el que ha encarado las dificultades de la vida, la fortaleza con la que ha afrontado las adversidades y la firmeza con la que ha defendido sus hondas convicciones. Esperanzado creyente, siempre evidenció ese profundo sentido de la trascendencia que le ha servido para que, espectador de su propia enfermedad, en vez de entregarse a las oscuras fantasías de la tristeza, viviera el presente de una manera intensa, palpando el tiempo que se le escurría entre los dedos.
Es posible que, las luchas que libró durante su apasionante carrera deportiva lo forjaran para que, en esta última batalla, mantuviera la serenidad y la firmeza, para que luchara hasta el último hálito de su existencia. Con su esposa, Ana Larrañaga, con sus hijos Nicolás y Federico, con sus seis hermanos y con tantos amigos, compartimos nuestro dolor.