PANTOMIMA
Actualizado: GuardarLos campeones del mundo de fútbol se merecen algo más, la verdad. Si no fuera porque tenía la radio puesta, a ver quién me recuerda que la selección española, con estrella en el pecho incluida, volvía a los terrenos de juego poco más de un mes después de ganar el trofeo futbolístico más importante del planeta Tierra.
La hora era la más adecuada, perfecta para acompañar con una buena cena y muy lejos de ese partido de las cuatro de la tarde ante Suiza. El rival, atractivo. Un México sin seleccionador, y con las ganas locas de un equipo de Tercera cuando llega un Segunda División a jugar un amistoso. La convocatoria, mano de santo. Convoco a media plantilla del Barcelona a pocos días del partido de Supercopa ante el Sevilla. Por contrato, eso sí. Que si no ya veía yo a Villar sacando el talonario si al césped no salían los Xavi, Sergio Ramos y compañía.
En definitiva, y que no suene mal, a pesar de que sea la auténtica intención, que lo del otro día fue una auténtica pantomima. Una representación mala de una gran obra maestra, sin ganas ni fuerza. Sólo algunos actores secundarios quisieron agradar a un público que, me imagino, se marcharía un pelín engañado. Y es que se esperaban a la gran ganadora del Mundial y se encontraron con los protagonistas más pendientes de su estrellita en el pecho que de otra cosa.
Y es que algunos apenas han tenido vacaciones. Más aún, algunos han entrenado lo suficiente como para jugar diez minutos a un nivel elemental de pretemporada, pero poco más. Eso sí, el veraneante lo agradecería, aunque me pregunto yo si no debería ya estar un poquito saturado de deporte rey. Entre Liga, Mundial, resaca de Mundial y ahora pretemporada habría que pensarse un poco si merece la pena sacar a los artistas al ruedo más de la cuenta.