La retirada de EE UU alarma a Irak
El jefe del Ejército del país pérsico admite que no están preparados para asumir la seguridad desde final de mes
Actualizado: GuardarMientras los últimos 14.000 soldados de combate estadounidenses preparan sus petates para poner punto y final a su misión en Irak el próximo 31 de agosto, los responsables de las fuerzas de seguridad del país pérsico no parecen ponerse de acuerdo sobre la capacidad de sus hombres para hacerse cargo de la situación. «Hasta el momento la retirada de las fuerzas americanas va bien porque todavía están aquí, pero los problemas de verdad surgirán a partir de 2011», admitió ayer el general Babaker Zibari, jefe del Estado Mayor, que pidió a Washington una demora de diez años en sus planes de repliegue porque «hasta 2020 nuestras unidades no estarán listas de verdad».
Las palabras de este alto mando se produjeron pocas horas después de que Al-Qaida reapareciera en la problemática provincia de Diyala matando a ocho soldados y tres civiles con una bomba trampa en una vivienda. La visión de Zibari contrasta con la de otros generales como Ali Ghaidan, máximo responsable del Ejército de Tierra, que aseguró hace apenas dos días que están preparados «al cien por cien para la transferencia americana». En la Casa Blanca no parecen dispuestos a escuchar los lamentos iraquíes y mucho menos a alargar la misión otros diez años. Todos los mensajes que llegan desde Estados Unidos apuntan a una única dirección, que es la del cumplimiento del acuerdo de seguridad firmado por George W. Bush y ratificado punto por punto por Barack Obama. Ante las últimas informaciones que llegan del país pérsico, el líder demócrata optó por reunirse de urgencia con su gabinete de asesores en materia de seguridad nacional y con los mandos de las tropas sobre el terreno y decidió no variar los planes previstos. El acuerdo fija el 31 de agosto como la fecha para la salida de las fuerzas de combate. Ben Rhodes, adjunto en materia de seguridad nacional, reconoció que «por supuesto sigue habiendo terroristas en Irak», aunque a su juicio esta situación «no afecta a la tendencia al alza en la recuperación del país».
Pago de indemnizaciones
A partir del 1 de septiembre quedarán 50.000 hombres en suelo iraquí dedicados a la instrucción y asesoramiento de las fuerzas locales, un trabajo que concluirá el 31 de diciembre del próximo año cuando «permanecerá un grupo muy reducido para la protección de la Embajada», precisó el asesor del vicepresidente Joe Biden, Anthony Blinken. Desde la llegada de Obama a la Casa Blanca la guerra en Irak ha pasado a un segundo plano y más de 80.000 hombres han dejado el país árabe, algunos para poner rumbo a Afganistán, el auténtico punto clave de la política exterior estadounidense.
La salida militar puede traer también de la mano el final del pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas civiles causadas por las fuerzas americanas en estos siete años de invasión. La agencia de cooperación americana, USaid, asiste a decenas de miles de familias pero su presupuesto está siendo reducido conforme culmina la retirada. «El mensaje es claro: resolved vuestros problemas rápido y así nos podemos largar rápido», declaró a la agencia Associated Press el responsable iraquí de Exteriores, Hoshyar Zibari.
La retirada de las fuerzas de combate se produce en pleno vacío de poder en el país árabe cinco meses después de las elecciones y en mitad de un repunte serio de la violencia, que en julio alcanzó niveles de 2008 con más de quinientos muertos, según las autoridades de Bagdad. El pasado fin de semana al menos sesenta personas perdieron la vida en diferentes ataques y los servicios de inteligencia alertan del progresivo renacer de Al-Qaida.