La inactividad irá a más mientras el tijeretazo de Zapatero siga adelante. :: J. C. C.
Jerez

La seguridad en las calles jerezanas, en entredicho

La reivindicación de los policías está causando una bajada en las detenciones y un aumento de la inquietud ciudadana

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Como cada uno reclama lo suyo, mientras que los agentes piensan en sus bolsillos los ciudadanos se preguntan qué ocurrirá ahora con la seguridad en las calles. La demanda vecinal de una mayor presencia policial es una de las más antiguas y ahora más que nunca parece convertirse en una utopía, ya que a la falta de recursos natural se añade el trabajo a reglamento de los agentes, que se traduce en una paralización de la actividad.

Desde la Confederación Española de Policía insisten en que la situación no es responsabilidad de los funcionarios sino del Estado, y que ellos hacen su labor sin saltarse las reglas y de la mejor manera posible. No obstante, aclaran que las situaciones de emergencia están cubiertas. Como se recordará, el trabajo a reglamento implica que los zetas se limitan a responder a las llamas del 091 y a patrullar sin intervenir, exceptuando casos de delitos flagrantes.

Por poner algún ejemplo, el delegado de la CEP, Antonio Olivencia, explica que cuando se están produciendo labores de patrullaje lo normal es que los zetas acudan a zonas más conflictivas o donde más droga se mueve. Entonces permanecen atentos y, al menor movimiento que consideren sospechoso, piden la identificación y levantan la correspondiente acta, si ello procede.

Con esta nueva forma de actuar, los funcionarios prácticamente no intervienen en nada a no ser que se topen de lleno con el delito, o bien como se señaló anteriormente atiendan a una llamada de sala de algún ciudadano. «En general, es obvio que hay menos seguridad -reconoce Olivencia-. Las estadísticas de detenidos también se han descalabrado, pero que quede claro que nosotros seguimos haciendo el trabajo bien. Todo lo que se hacía antes eran extras, lo hacíamos porque queríamos como buenos profesionales. Ahora simplemente nos ceñimos a las normas».

Esta situación está influyendo como no podía ser de otra manera en los agentes, que se encuentran «desesperados y con un bajón increíble». Como recuerda, ellos realizan unas tareas de gran peligrosidad y sacrificio que no están viendo recompensadas. «Hay compañeros que se llevan tres días de investigación metidos en un coche, en el que pasan calor, hambre y todo lo que tengan que pasar. Y ahora, como premio, les quitan 100 euros».

No son los únicos, sin embargo, que se encuentran reivindicando sus derechos. En los Cuerpos de Seguridad también hay que mencionar la huelga de 'bolis caídos' de la Guardia Civil, que ha dejado de poner una cifra cuantiosa de multas que también está suponiendo un saldo negativo en los ingresos estatales. El Gobierno tendrá que decidir, como retan desde la CEP, si al final va a resultar peor el remedio que la enfermedad.