Los nuevos vicesecretarios
Actualizado: GuardarDice el jovencito que ahora pastorea el rebaño socialista andaluz que el PSOE es como un elefante, o sea que cuesta ponerlo en marcha, pero que una vez que coge ritmo se transforma en un lince. Lo de elefante seguramente lo dice porque son tantos, en tantos sitios y con tantos intereses que debe ser tarea imposible hacer andar a toda esa legión en el mismo sentido, pero la comparación no ha sido afortunada, porque yo que no soy sospechoso de pertenecer a ese rebaño ya había pensado lo mismo, si bien no había llegado a lo del lince, que sin duda debe ser una alegoría, porque el único ejemplar que quedaba en la Andalucía Imparable lo arrolló la Segunda Modernización en uno de los tramos en obras de la A-92. Pero en la imagen hay mucha LOGSE, casi tanta como la que suele proyectar su jefa, la virreina planetaria Doña Leire.
Pero en realidad estamos ante un grave defecto de la estructura orgánica del PSOE, hasta el punto de convertir al PP en el menor de sus problemas, siendo por el contrario, sus vicesecretarios generales formato LOGSE, su verdadero talón de Aquiles. Sorprende esto en un partido que ha producido ejemplares inolvidables como Alfonso Guerra, espejo en el que se miró Álvarez Cascos, el más eficiente que ha tenido nunca el PP, o el propio Blanco, que ha demostrado que con el Bachillerato de toda la vida se puede ir sobrado. Y es que el cargo tiene mucha miga, pues al tiempo que debe mantener alta la moral y la disciplina de la tropa propia, debe repartir estopa entre la ajena.
Algo deberían aprender estos jóvenes de la experiencia de compañeros como Cabaña o Pizarro, dos notables de estos cargos, que estas semanas han impartido un auténtico curso de verano sobre el tema; el primero callando sobre la cuestión del Puente, actitud que como todo el mundo sabe es la mejor para evitar decir nada de lo que haya que lamentarse y el segundo, un fuera de serie en estas lides, diciendo tantas cosas que a estas alturas ya nadie sabe lo que piensa sobre las obras del Puente y aun así no ha sido posible cogerlo en un renuncio.