El hermano mayor del Resucitado, Antonio Ruiz Herrero, y su mujer en el Patio de los Naranjos de la Catedral.
LA SACRISTÍA

Pregón del Cristo de la Viga

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Un maestro de los atriles, un orador con pellizco lírico, unos fandangos con versos de Fe, un estilo genuino -¡ah la seña de identidad del autor que suena a sí mismo!-. «Treinta años esperando que llegara este día»: así rubricó Antonio Gallardo Molina -el cimero y entrañable y genio impredecible tío Antonio- su hondo y jondo sentir en el Libro de Oro de la hermandad del Cristo de la Viga cuando este pasado sábado culminara de nuevo magistralmente su pregón dedicado al Gótico Doliente de la Catedral, del Lunes Santo y de los cofrades todos de Jerez.

Treinta años después de que el propio poeta lo pronunciara por vez primera en el ya nostálgico -tan lejos, tan cerca- año mil novecientos ochenta. Antonio enhebró un discurso henchido de ángel, sentido del humor, literatura de calidad y prosa poética. Además, naturalmente, de unos versos a modo de encaje de la palabra sacrosanta. Ovación al canto y al cante (pues también lo hubo -¡y flamenco!- a cargo de artistas invitados de honor). Asimismo, encuadrado en idéntico marco del Patio de los Naranjos, Santiago Zurita recibió la distinción de 'Cofrade Ejemplar'. Entre el muchísimo público que abarrotó el lugar podemos destacar a María José García-Pelayo y Javier Durá (PP-Jerez), Domingo Díaz, Antonio Ruiz Herrero, Ana María Salas o Juan Mateos Portillo.