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El caos se cierne sobre la vendimia
La mano de obra vuelve a estar completa para la campaña pese a que la hora de trabajo se paga «barata», como critican los sindicatos Buena parte de los viñistas siguen sin contrato y no van a recoger la uva
JEREZ. Actualizado: GuardarEl levante y el calor de estas semanas empiezan a hacer su efecto en la uva de la Denominación de Origen, que va ganando graduación a un ritmo importante, y las tijeras de los vendimiadores ya se afilan para comenzar la cosecha «como muy tarde en la última semana de agosto».
Esos son los cálculos de Francisco Galán, representante de Asevi, la sectorial de viñas de Asaja, que con el horizonte de la recolección en ciernes no puede dejar de alertar sobre la «caótica» situación en la que están inmersos buena parte de los viñistas independientes del Marco de Jerez. «No tenemos vendida la uva, porque ninguna bodega la quiere y si se interesan es a un precio ridículo, y a pocas semanas de que llegue el momento de cortarla no está claro qué vamos a hacer», recalcaba ayer este experto viticultor de la zona.
Galán tiene claro que en su caso, y en el de muchos otros productores de la provincia, «no merece la pena cosechar la materia prima, porque los costes de contratar la mano de obra, el traslado al lagar y el resto del proceso tal vez ni siquiera se puedan cubrir si no hay contrato para la uva».
Por el momento, el precio medio al que se está comprando este año la palomino ronda apenas los 18 céntimos de euros (30 de las antiguas pesetas) por kilo de uva palomino, cuando sólo el coste de la recolección ya cuesta unos nueve céntimos (15 pesetas).
En esta tesitura, el responsable de Asevi hace hincapié en que «son muchas las viñas que no se van a recolectar por falta de contratos, más las dañadas por las enfermedades que también se quedarán sin coger».
Con este panorama, es pronto para saber cuánta mano de obra será necesaria este año para realizar la vendimia, ya que también hay que sumar a la lista anterior el avance de la recolección mecanizada y todas las viñas arrancadas en los últimos años, cuando alrededor de 8.000 jornaleros eran necesarios para cosechar toda la materia prima de la Denominación de Origen.
Sea como fuere, las organizaciones de viñistas, cooperativas y bodegas recalcan que este año, como ya ha ocurrido en los dos ó tres anteriores, «no hay problema para encontrar mano de obra, porque con la crisis mucha gente está volviendo al campo».
Y eso que, como han denunciado hasta la saciedad los sindicatos CC OO y UGT, la vendimia en la provincia se paga «demasiado barata». Eso parecen los 5,5 euros a la hora que se abonan en la zona, que suponen unos 44 euros al día, y que recoge el convenio provincial por un trabajo duro y a pleno sol. No es de extrañar que muchos de los jornaleros tradicionales del Marco, de la zona de la Sierra, prefieran marcharse a la vendimia francesa, donde perciben un sueldo mínimo de 8,86 euros por hora trabajada, un 61% más que aquí.