MÁS DURA SERÁ LA RECAÍDA
Actualizado: GuardarNo es que estemos creciendo, que sería mucho pedir a estas alturas, sino que nos hemos empinado para erguirnos sobre los pies, que por cierto ya estaban hartos de meterse en todos los charcos económicos. No es que sea un aguafiestas el Banco Central Europeo, ya que la fiesta aún no ha comenzado, pero se ha visto en la obligación moral de advertirnos de que el ajuste bancario va a proseguir. Las suspensiones de pagos han cedido algo por la leve mejoría experimentada, pero no hay que echar las campanas al vuelo por dos razones: la primera porque nos falta aire, y la segunda porque no tenemos campanas.
El BBVA, por su parte, advierte de una recaída tras las vacaciones, porque en su contrastada opinión las previsiones del Gobierno son menos que suficientes para volver a crear empleo. El optimismo está muy bien, a poco fundamento que tenga, ya que no se puede vivir sin esperanza, pero necesita alguna base. Los chinos dicen que no se puede caminar mirando las estrellas cuando se tiene una piedra en el zapato y la nuestra es de un tamaño considerable.
El profesor Juan Velarde, al que ya considerábamos sabio hace cincuenta años, cuando no era consejero del Tribunal de Cuentas, ni premio Príncipe Asturias de Ciencias Sociales, no descarta la posibilidad de que en nuestra patria, amada por casi todos, se repita el 'corralito' que vivió Argentina a primeros de siglo.
En su opinión hacen falta medidas más enérgicas, pero quién tiene energías a mediados de agosto: la gente o está en el mar o se está dando un baño de optimismo en su casa. La mejoría económica va para largo, pero nos conformaríamos con que llegara y no pasara de largo. No se trata de predecir zodiacos funestos, sino de hacerle caso a los que saben, en vez de oír a los embaucadores y farsantes. La labia quizá sea una virtud política, pero se funde ante los datos.