El Gobierno rectifica y anuncia menos recortes en infraestructuras
El presidente reconoce que el tercer trimestre «no será tan bueno» como el segundo pero no cuestiona la recuperación
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno va a atenuar, seguramente en el Consejo de Ministros del próximo día 20, el recorte de las inversiones en infraestructuras. Lo anunció José Luis Rodríguez Zapatero en Palma de Mallorca, en la conferencia de prensa que siguió al encuentro con el Rey Juan Carlos en el Palacio de Marivent. «En 10 ó 15 días podremos dar alguna noticia positiva, que afectará a la mayoría de las comunidades y supondrá un alivio, un empujón importante para las empresas constructoras».
Con ello atiende tanto las sugerencias del ministro de Fomento y de los expertos independientes como las demandas del sector empresarial y las presiones de una mayoría de los dirigentes autonómicos. En los mercados, siempre dispuestos a reproducir las tensiones si se detectan oportunidades de negocio, la noticia provocó un tirón al alza del riesgo país y los seguros de impago, estabilizados en las últimas sesiones.
Si las Administraciones Públicas españolas realizan más pagos, interpretan los inversores, tendrán más dificultades para cumplir sus ambiciosos objetivos de reducción del déficit. El diferencial de las obligaciones españolas a diez años con el bono alemán del mismo plazo se disparó hasta 164 puntos básicos, casi un 10% de subida en un día, el nivel más alto tras la publicación de los resultados de las pruebas de solvencia del sector bancario. Y el coste de asegurar la deuda española volvió a escalar por encima de los 200 puntos básicos como en el pasado julio.
Los inversores apenas prestaron atención al mensaje de Zapatero, quien reiteró el compromiso de reducir los 'números rojos' de las cuentas públicas hasta el equivalente al 3% del Producto Interior Bruto en el ejercicio 2013.
La actualización del programa de estabilidad presentado por España a Bruselas marcó el pasado enero una reducción gradual de la financiación de la obra pública, desde el 4,4% del Producto Interior Bruto en 2009 hasta representar el 2,9% en 2013. Vino después el ajuste adicional del pasado mayo, que relegó unos cuantos planes al cajón de los futuribles con la rescisión de un 10% de los contratos, y reprogramó proyectos ya en marcha para repartir durante un plazo más largo los desembolsos. Dirigentes territoriales se apresuraron a conseguir de Moncloa o de José Blanco el compromiso de que sus más mimados planes no se verían afectados.
Los expertos habían advertido de las consecuencias que el ajuste tendría en el crecimiento, y se siguen mostrando más partidarios de recortar el gasto corriente que el de inversión. Junto a la presión de los dirigentes territoriales, la del 'lobby' constructor no ha sido menor. El presidente de la patronal de las constructoras Seopan, David Taguas, que fue jefe de la oficina económica de la presidencia del Gobierno, reiteraba ayer en un artículo publicado en 'El País' las graves consecuencias que, a juicio del sector, podría generar el doble ajuste. Le atribuía una caída inmediata de una décima de PIB, que podría llegar hasta el medio punto porcentual en el medio plazo, así como la destrucción de 72.000 empleos, que aumentarían a 166.000 en dos años y medio.
Sacrificio
Un sacrificio de escaso rendimiento, según los constructores. La paralización de la actividad pública llegará a suponer, de acuerdo con sus cuentas, la desaparición de un retorno fiscal de 3.800 millones de euros, porque el negocio no desarrollado no paga impuestos. Hechos los números, defienden que por cada 100 euros de recorte de la inversión pública, el ahorro presupuestario queda reducido de entrada a 20 euros. A partir de ahí todo son daños para el crecimiento y el empleo.
Entre las actuaciones a emprender, Taguas sugiere considerar el establecimiento de tasas o peajes ya en el proyecto de cuentas públicas de 2011, resolver los problemas pendientes en las autopistas de pago y adecuar los planes para que cumplan los requisitos que les permitan ser financiados por el sector privado. Esta «mano tendida» será sin duda aprovechada por el Ejecutivo mediante las fórmulas ya en estudio.
Zapatero reconoció, en la conferencia de prensa celebrada en Palma, que el tercer trimestre «no será tan bueno como el segundo». El presidente del Gobierno transmitió al Rey que en las últimas semanas se está produciendo un proceso de «estabilidad y mayor sosiego» en torno a la economía española, y evocó los logros que se consiguieron con la publicación de las pruebas de solvencia de bancos y cajas.
El jefe del Ejecutivo celebró «el buen dato» del crecimiento económico de un 0,2% en el segundo trimestre del año, todavía no confirmado por el Instituto Nacional de Estadística, que tiene previsto comunicarlo oficialmente el próximo viernes, y consideró que «abre expectativas a la recuperación».