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Los talleres notan una bajada en las revisiones para poner a punto el coche
El ahorro familiar ha llevado a muchos conductores a prescindir de la inspección básica de su vehículo en vacaciones
CÁDIZ. Actualizado: GuardarHay que apretarse el cinturón. Las cuentas tampoco salen en vacaciones. Hay que rascar dinero de un lado y de otro para disfrutar del verano, para poder comer en la calle, salir de compras y sobre todo viajar. Y en todos los supuestos se hace casi imprescindible el automóvil, que precisamente, no es ajeno a los recortes del presupuesto familiar para invertir en el descanso. Sin embargo, hay que tener cuidado pues no prestarle la suficiente atención al vehículo puede repercutir seriamente en la carretera y traer más de un disgusto. Por ello es un tema en el que escamotear unos euros puede salir demasiado caro.
Aún así, con la crisis se agudiza el ingenio y nace el convencimiento de que uno es capaz de ponerse manos a la obra y hacer lo mismo que los profesionales. Esta es la razón de que los talleres gaditanos hayan notado una bajada en la actividad del verano sustentada principalmente en las revisiones y la puesta a punto de los coches, que pueden salir entre 120 y 250 euros.
El sector ha verificado que cada vez son más los conductores que se aventuran a realizar los cambios de líquidos e incluso el arreglo de pequeñas averías, lo que posteriormente puede traer serias consecuencias, al no realizarse de la forma correcta. Además, hay quien considere que su coche no precisa de una revisión. Pero todo ello es una equivocación, ya que según datos del Real Automóvil Club de España (RACE) durante los meses de verano, en los que se produce un mayor número de desplazamientos, los conductores sufren averías de tipo eléctrico en un 40% de los casos, de elementos mecánicos en un 33% de las ocasiones, y en el sistema de inyección, el 14% de las veces. Todo ello a consecuencia de un mal y descuidado mantenimiento del automóvil.
Y si se continúan analizando las cifras los talleres gaditanos están pasando por una situación casi crítica de su actividad. La mayoría de negocios advierten que han bajado un 50% el volumen de negocios con respecto a los últimos años y aunque se mantiene una carga de trabajo aceptable, se siguen notando los efectos de la crisis económica, especialmente en la actitud de los clientes, que son muchos más reacios a cambiar cualquier pieza del vehículo a menos que no le permita continuar circulando.
Peor, la preocupación está en que el pequeño incremento en la carga de trabajo que se produce en la época estival, es cada vez más pequeño y dificulta que exista una previsión de los talleres a la hora de afrontar el futuro.
«Antes estabas seguro de que ibas a tener una media de clientes determinada. Ahora no. Lo mismo tienes tres clientes un día y al siguiente ninguno y al otro siete», asegura José Antonio Quesada, responsable del taller Eurorepar. Este empresario y mecánico es uno de los mejores ejemplos de las consecuencias de la falta de trabajo en los talleres. «Yo tenía otra nave que tuve que dejar y de una plantilla de diez trabajadores en unos años ha pasado a tres», confirma.
La causa, que los conductores intentan retrasar el tener que pasar por las manos de un mecánico a menos que el coche comience a dejarles tirados, incluso llegan con piezas en el maletero que han ido quitando. «Hay quien me da un presupuesto cerrado y dice que si la avería pasa de ese precio que haga lo que quiera con el coche», asevera Quesada.
«El negocio está muy flojo, porque ahora parece que todo el mundo sabe de coches y, aunque en verano remonta cada vez se nota menos», atestigua Enrique Ponce, encargado del taller El Balón. Claro que también está que el considera que la cosa no está tan mal y aunque notan un bajón, «la actividad sigue siendo suficiente para un taller», tal y como expone Jairo Ruiz, uno de los responsables del taller de reparaciones A. D. J. A. Ruiz.
Un sobrecoste añadido
El importe de las reparaciones de vehículos se ha encarecido una media de 18 euros en Cádiz debido a la subida de dos puntos del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que entró en vigor el pasado mes de julio, según un estudio elaborado por la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) a partir de datos de Audatex, compañía especializada en soluciones para la valoración de siniestros. En España, la factura media del taller subirá en 20 euros, por lo que los usuarios pasarán a pagar unos 1.000 euros en cada reparación.
El informe -realizado a partir del análisis de más de un millar de modelos, lo que representa el 99% del mercado de turismos, todoterrenos, industriales y motos- estima que en Cádiz este alza del IVA del 16% actual al 18% elevará la factura del taller hasta los 915 euros de media a partir del segundo semestre. En la actualidad, los gaditanos pagan un promedio de 897 euros en cada reparación.
Ganvam advierte que esta carga fiscal puede retraer todavía más las visitas al taller en la segunda mitad de este año, no tanto por el calibre de la subida -el impacto en el bolsillo de los consumidores será moderado- sino por su efecto psicológico en medio de un entorno económico marcado por la incertidumbre y la desconfianza, los peores aliados del consumo.
De esta forma, Ganvam teme que esta subida impositiva venga a agravar la situación que atraviesan los talleres desde que estallara la crisis hace ahora dos años. En 2009 la actividad en taller retrocedió entre el 4% y el 5% debido, principalmente, al menor uso de los vehículos privados (-8%) con una caída de los desplazamientos, pero también a la reducción de la siniestralidad en carretera gracias a las políticas de concienciación vial.
En estos dos últimos años los usuarios han reducido los pasos de vehículo por taller por causas económicas, lo que ha motivado que se realicen menos mantenimientos preventivos y sólo las reparaciones imprescindibles. En este comportamiento ha influido también la tendencia de los automovilistas a rebajar la cobertura de la póliza de sus vehículos.
Según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, «estamos viendo, por un lado, cómo el usuario se contiene de ir al taller por razones económicas o porque el ambiente le invita a ser más prudente, pero también cómo prefiere estirar la vida de su viejo utilitario antes que comprar uno nuevo».