ANDALUCÍA

«No podemos convertir en espina todo el desarrollo de la comarca de Doñana»

José Juan Díaz Trillo Consejero de Medio AmbienteAnuncia que se eliminará superficie de regadío en la zona junto al espacio natural, dentro del plan que se aprobará en septiembre

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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José Juan Díaz Trillo (Huelva, 1958) afirma que no se va de vacaciones este año «por razones obvias». Apenas lleva cuatro meses al frente de la Consejería de Medio Ambiente, pero este no es el motivo, y tampoco la crisis. Entiende que el verano es especialmente sensible para su departamento, sobre todo por la atención puesta en la prevención de incendios forestales.

-No se podrá quejar, está siendo un verano tranquilo de incendios.

-Nunca para un responsable es un verano tranquilo. No hay que bajar la guardia, sobre todo con los incendios intencionados. La respuesta es tan difícil contra alguien que quiere quemar el campo, que hay que estar alerta hasta el último minuto; en Andalucía, hasta octubre.

-La recién aprobada Ley de Aguas es muy ambiciosa en inversiones hidráulicas, ¿le afectarán los recortes por la crisis?

-En ningún momento la Junta va a renunciar a ninguna inversión en obra hidráulica de las que prevé la ley. Estamos hablando de 2.000 millones, parte para cumplir el compromiso europeo de concluir en 2015 la depuración de aguas -se van a construir 300 depuradoras- y para otras infraestructuras. la Junta lo que hará es manejar escenarios de medio plazo para combinar la iniciativa pública con la inversión público -privada, que en este caso de la Ley de Aguas tiene razón de ser a través del canon autonómico de mejora; sin duda, será un incentivo a la inversión.

-¿Cuánto calcula que se puede recaudar con ese nuevo canon?

-Es muy complicado, sería aventurado por mi parte. La idea es clarificar y ponerle un precio justo al agua, extender el mismo precio a todo el mundo, todo esto, claro, en colaboración con los ayuntamientos.

-¿Quiere eso decir que pagará lo mismo el que viva en Sevilla capital o en un pueblo de Almería?

-Andalucía tiene que tener una igualdad de trato sobre el uso y consumo del agua. De esta forma, el que viva en Almería o en Huelva debe pagar lo mismo por el agua que consume y también por la que use para regadío. Pero además, la ley contempla premiar el ahorro, con unos tramos muy módicos.

-¿Y para cuándo esa homogeneización de precios?

-Está previsto que los reglamentos, entre ellos el tarifario, y los planes hidrológicos se hagan antes de que acabe el año.

-¿Qué misión y objetivos va a tener el Observatorio Andaluz del Agua, con sede en Málaga?

Va a tener dos líneas claras, propiciar que haya una interlocución permanente de todos los agentes sociales y económicos vinculados al agua, y la investigación.

-La Junta ha pedido que se incluya como Reserva de la Biosfera el parque natural de Doñana, ¿es un primer paso para añadir esta zona al parque nacional?

-No, no tiene nada que ver, yo creo, además, que hoy se trata sin distingos tanto al parque natural como al nacional en cuanto a protección y clave medioambiental.

-Se habla de que una de las amenazas de Doñana está en el propio desarrollo de la zona, como el cultivo de la fresa, que tanto aporta a la comarca, pero cuyo uso del agua pone en peligro a los acuíferos del espacio protegido. Había planes para controlar esto, ¿cómo van?

-En septiembre va a salir a información pública el plan de ordenación de los regadíos del entorno de Doñana, lo que se llama la corona forestal, está la situación muy avanzada, este plan supondrá la eliminación de superficie de regadío.

-¿Sobre cuánta?

-No sabemos, estamos hablando de reordenar y del reto de aportar cada vez más agua superficial a Doñana, no abusar de los acuíferos y ordenar los pozos de extracción.

-Respecto al lince, la joya de la corona en Doñana, ¿qué novedades tendrá su tercer 'Life lince' a partir de 2011?

-Estamos trabajando en ello. S u principal novedad es que será por primera vez internacional, se incorporarán Extremadura, Castilla La Mancha y Portugal.

Conflictos heredados

-De los temas heredados, hay dos envueltos en gran polémica, ¿qué va a pasar con el oleoducto que desde Huelva irá a la refinería de Balboa en Extremadura? Creo recordar que usted no lo veía mal.

-Yo no lo veo ni mal ni bien, yo lo único que tengo que ver es la protección medioambiental. La Junta ya presentó en su día un documento con un nivel muy alto de exigencia y de protección dada la riqueza ecológica del espacio por donde transcurre, aunque esté lejos del corazón de Doñana. Lo que la Junta tiene que vigilar es la protección medioambiental, no la viabilidad del proyecto.

-Hay quien lo ve, sobre todo los ecologistas, como una espina más para la protección de Doñana.

-No podemos convertir en espina todo el desarrollo de la zona de Doñana. Tendría una corona de espinas con cualquier actividad, sea agrícola, cultural o industrial. Hay 14 municipios que forman parte de la comarca, queremos que sigan prosperando.

-El otro asunto espinoso es el Algarrobico. ¿Lo verá derribar como consejero?

-Sobre el Algarrobico no podemos actuar hasta que no se pronuncie la Justicia, mientras tanto podemos seguir conservando el Cabo de Gata. Nuestra posición, al menos la mía, es muy clara, entendemos que es una anomalía y ha de volver a la posición de partida. Pero como decía Ortega y Gasset, «los esfuerzos inútiles producen melancolía». Lo he dicho en Almería y en el Parlamento, por mucho deseo que yo tuviera de que no siga allí, no puedo incumplir la ley, tiene que decidir la Justicia.

-¿Y si la Justicia decide que no se derribe?

-Entonces ya veríamos que actuaciones llevar a cabo.

-Antes de que surgiera la polémica sobre los toros en Cataluña, usted ya se había declarado taurino, ¿cómo vive esa contradicción de ser consejero de Medio Ambiente y taurino a la vez?

-Para mí no existe contradicción. En esto la palabra clave es respeto, a la decisión que ha tomado el Parlamento catalán, pero respeto también a una tradición y a una raza vinculada a un ecosistema como la dehesa, con la singularidad de que el toro bravo se cría allí para ser lidiado.

-¿Es usted de los que creen que el toro bravo no existiría sin la lidia?

-No es que yo lo piense, está demostrado, es un ejemplo claro, como la dehesa, de la vinculación entre la naturaleza y la cultura. Decía Ortega y Gasset que era muy difícil entender a los españoles si no se analizaban bien las corridas de toros, la forma de ser hispano. Pero respeto el derecho a que desaparezcan las corridas como ha hecho el Parlamento catalán.

-¿Eso sería impensable en Andalucía?

-Mas que impensable lo veo lejano, es una cultura muy arraigada aquí, una manera de ser, de entender y de estar de los andaluces.

-¿Pero es usted taurino o no?

-Bueno, soy aficionado. No soy antitaurino, si quiere ponerlo así. Pero siempre, respetuoso con los que piensan de otra manera.

-Acaba de poner en marcha un nuevo programa sobre el cambio climático. Con la mano en el corazón, ¿se están haciendo bien las cosas para frenar sus males?

Con la mano en el corazón, en Andalucía, sí, en otros lugares, no tanto, y el problema es que es un cambio global y Andalucía es una mínima parte del planeta.

-No se va de vacaciones, ¿pero podría recomendar un lugar a donde ir en Andalucía?

-Uno de mi tierra, El Portil, entre Cartaya y Punta Umbría, un lugar delicioso, donde voy siempre.

-Y como profesor de Literatura y escritor que es, ¿qué libro habría que llevarse de vacaciones?

-Para el verano recomendaría una lectura clásica, esos libros grandes que nunca hay tiempo de leer: 'Fortunata y Jacinta', 'La Regenta', 'El Quijote' o 'Cien años de soledad', por decir algunos títulos.