Un manifiesto de ciudad para un puente de estado
CONCEJAL DE VIVIENDA, BICENTENARIO Y COMUNICACIÓN DE CÁDIZ (PP) Actualizado: GuardarHoy hace justo una semana presentábamos en el Ayuntamiento, de manera pública, el Manifiesto de la Ciudad de Cádiz por el Segundo Puente en el Doce: un documento en el que, como la propia alcaldesa había anunciado días antes, íbamos a trabajar para solicitar al Gobierno de la Nación que la obra emblemática de la conmemoración del Bicentenario de la primera Constitución Española, el segundo puente, no se parase, ni siquiera se ralentizase. El objetivo es que tal y como se prometió, el puente estuviera concluido en marzo de 2012, cuando comiencen los actos conmemorativos.
Siempre hemos defendido que la conclusión del segundo puente para el Doce es un asunto lo suficientemente importante para la ciudad como para haber puesto a disposición de la ciudad este Manifiesto, para que todos aquellos que lo estimen oportuno se adhieran y participen, expresándole así al ministro Blanco la preocupación que la ciudad tiene por tan importante proyecto.
Y el respaldo de los gaditanos en esta semana, tanto a través de la recogida de firmas por las calles como a través de internet, nos dan la razón en esta iniciativa porque, por encima de todo, el Manifiesto recalca que el segundo puente es un asunto de estado, que en ningún caso es un texto partidista, y que los gaditanos tenemos el derecho de reclamar al Gobierno que la mayor aportación que el estado de la nación hará a nuestra ciudad con motivo de los actos del Bicentenario; es decir, el puente, esté concluido para tales fechas, porque hay que recordar que el Bicentenario será una conmemoración de todo el país y no sólo de Cádiz.
Insisto, no nos parece nada descabellado ni tremendista lo que solicitamos en el Manifiesto, nos parece totalmente lícito y legítimo hacerle ver y llegar al ministro cual es el sentir de los gaditanos, y por las firmas recogidas que hemos recogido en este inicio, podemos asegurar que el reclamo y apoyo es absoluto y mayoritario. Precisamente porque los ciudadanos han entendido a la perfección el objetivo del manifiesto: no es ninguna afrenta política, no tiene fines partidistas, es sólo el derecho de la ciudad a reclamar lo que cree que es justo, movilizándose de esta forma para conseguir un proyecto fundamental no sólo para la ciudad, sino también para toda la Bahía y el resto de la nación.
Además, entendemos, como así se refleja en el texto, que el segundo puente, por el que tanto hemos luchado, debe ser el símbolo físico de la celebración del Doce, como la Cumbre de Jefes de Estado será el símbolo político o la Capitalidad el símbolo cultural, amén de resultar el instrumento esencial del desarrollo de nuestra ciudad, del área metropolitana y de toda la provincia. Por todo ello, el Puente se configura como un proyecto irrenunciable para esta ciudad y de ahí el apoyo que el Manifiesto está recibiendo.
No debemos pasar por alto que la alcaldesa anuncia la elaboración del Manifiesto de la Ciudad por el Segundo Puente ante la indefinición mostrada por el Gobierno socialista y por el ministro de Fomento a la hora de hablar de proyecto, y una vez que vemos que las obras se han parado totalmente, con los retrasos y pérdidas económicas que ello conlleva. En el anuncio, en comisión parlamentaria, de los recortes del Estado a las infraestructuras del país, Blanco sólo anunció la solución 'ad hoc' para el puente de la Bahía de Cádiz, y días después, a través de manifestaciones que realiza en los medios de comunicación, los gaditanos nos enteramos que el puente estará para 2013, y que en ningún caso concluiría en 2014. Y ahí es donde los gaditanos le decimos al señor ministro que lo que en ningún caso va a estar, a la vista de las ambigüedades con las que está tratando el tema, es para 2012, fecha para la cual puede y debe estar, porque aún estando para el Doce ya llevaría un año de retraso (las obras comenzaron en abril de 2007 y anunciaron cuatro años de ejecución) y porque fue el compromiso y exigencia que el actual Gobierno se puso a sí mismo, cuando afirmaban, en los inicios de las obras, que el Puente sería su gran contribución al Doce.
El Manifiesto se ha planteado además, no como una herramienta de confrontación, sino como un instrumento de apoyo al propio ministro Blanco para que ante sus compañeros del Consejo de Ministros pueda defender esta obra como la única infraestructura de España que tiene un respaldo ciudadano de este calibre. Quien no quiera ver en este documento, en este esfuerzo que hace el Ayuntamiento y la ciudad de Cádiz como un apoyo al futuro de la ciudad es que goza de una cicatera visión de la realidad social de esta tierra.
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz ha mostrado, en todo momento, una lealtad institucional incontestable en los temas relacionados con el Bicentenario, máxime cuando todos los partidos políticos nos pusimos de acuerdo en un compromiso para excluir la conmemoración de la confrontación política, y porque el clima de entendimiento y colaboración ha sido total desde la llegada de Luis Pizarro al Consorcio del Bicentenario. Por eso no entendemos que el partido socialista ni se haya unido al Manifiesto de la Ciudad, y además nos critique y exija que se retire, una vez que el ministro ha informado de su visita a la ciudad el próximo día 24. Habría que preguntarle a los dirigentes socialistas de esta ciudad si acaso el ministro ha afirmado que su visita a Cádiz es para asegurar el Puente para el Doce. Porque creo que eso no lo hemos escuchado. Pérez Peralta debe tener esa información de primera mano de parte de Blanco cuando solicita que los gaditanos no puedan expresarse libremente a favor del Manifiesto. A nosotros, mientras, nos tocará esperar. Y le recuerdo a los socialistas que ha sido la propia alcaldesa quien ha afirmado públicamente que para nosotros no habría mayor satisfacción, a favor de los intereses de la ciudad, que el ministro viniera a Cádiz para hacer dicho anuncio. Porque ello significaría que se ha tenido en cuenta el apoyo ciudadano al Manifiesto y que el esfuerzo empeñado habría merecido la pena.