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Los vecinos son cautos y piden que la Justicia «aclare lo que ocurrió»
SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarLa indignación se ha trasladado desde el recinto de la Magdalena hasta la zona del puente de la Casería. Concretamente, a la calle San Antonio y San José, lugar en el que vivía el hombre de 71 años acusado de abusos a cuatro menores de entre 13 y 17 años. «Es una cosa muy fuerte y nos estamos recuperando. Uno no sabe lo que ha ocurrido pero creo que se debería de haber profundizado más en los testimonios de las niñas antes de abalanzarse sobre este hombre», aseguró un vecino.
El silencio lo rompen los continuos vehículos que transitan por la vía y es que se trata de una calle con mucho tráfico. Pocos son los que quieren referirse al asunto y los que hablan lo hacen con precaución porque los hechos los «debe esclarecer la Justicia». Aún así, consideran que la clave del asunto está en verificar los testimonios de las jóvenes y comprobar que no existen incoherencias en sus palabras. «Hombre, si la Policía actuó es porque tendría las suficientes pruebas para hacerlo y habría comprobado lo que las niñas les contaron, porque si no, no tendría sentido», exponía otra de las vecinas.
Finalmente, el caso se ha convertido en uno de los temas más comentados por los ciudadanos del lugar que han conocido lo acontecido en los últimos días. Pocos preveían un final de tales consecuencias, ni siquiera los familiares que vivían con él, su hermana y cuñado. Ambos salieron a la calle para realizar diferentes tareas, aprovechando el fallecido el encontrarse solo para quitarse la vida. «Al enterarse a una se le hiela la sangre. Sólo espero que se aclare todo lo que ha ocurrido», aseguraba otro residente del lugar.
La calle de San Antonio y San José es una vía muy tranquila en la que apenas hay establecimientos y bares. Esta parsimonia se rompió el pasado jueves sobre la una de la tarde cuando las sirenas anunciaba el triste acontecimiento.
Todo ello, mientras que en la zona de la Magdalena se pedía «mayor vigilancia» por parte de las Fuerzas del Estado, para controlar una zona alejada del casco urbano y en la que se reúnen los jóvenes especialmente durante el fin de semana, al ser el lugar habilitado por el Ayuntamiento para que se realice el botellón. Aunque, independientemente del lugar, los vecinos se ponen de acuerdo en una cosa: En pedir que la Justicia aclare el asunto.