Guerras abiertas en la frontera
Actualizado: GuardarTeherán mira con preocupación la inestabilidad creciente en sus fronteras. Al noroeste (Kurdistán) y sureste (Baluchistán) se registran enfrentamientos armados con frecuencia. El régimen acusa abiertamente Estados Unidos y Gran Bretaña de financiar y respaldar a los grupos separatistas.
Las fuerzas de seguridad se enfrentan al PJAK (Partido de la Vida Libre del Kurdistán y facción iraní del PKK ) y sobre todo a Jondolá (El Ejército de Dios, también conocido como Movimiento de Resistencia de Irán). Dos formaciones suníes en un país donde el 93% de la población es chií. Su lucha se centra en las zonas fronterizas de donde son originarios, pero siempre que tienen ocasión amenazan con llevar a cabo acciones en todo el territorio y golpear en Teherán.
Alrededor de diez millones de kurdos viven en Irán. El hecho de ser suníes es motivo de fricción, aunque por encima de las cuestiones religiosas están los fuertes sentimientos nacionalistas. Pero la mayor amenaza en los últimos meses ha sido Jondolá en la provincia de Baluchistán. El pasado octubre un ataque suicida acabó con la vida de al menos 29 personas en la región de Pishin, al sureste de Irán y en plena frontera con Pakistán.
Guardia Revolucionaria
El Ejército de Dios reivindicó este ataque dirigido contra mandos de la Guardia Revolucionaria que asistían a una reunión con líderes tribales suníes y chiís. Cinco altos oficiales de este cuerpo paramilitar, que en la actualidad ostenta el auténtico poder, perdieron la vida, entre ellos su vicecomandante, general Noor Alí Shooshtari, y el jefe de la delegación provincial, Rajab Alí Mohammadsadeh. Unas semanas después las fuerzas de seguridad capturaron al líder separatistas, Abdul Malik Riggi, al que ejecutaron ante familiares de sus víctimas.
El Ejército de Dios reclama la independencia de Baluchistán. Esta provincia se encuentra al sureste y linda con zonas de Afganistán y Pakistán donde Al-Qaida tiene mayor presencia. El Gobierno de Ahmadineyad negaba su existencia en un principio, pero las repetidas acciones armadas le obligaron a multiplicar la presencia militar en el área.