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Los controladores dan un paso atrás y piden a Blanco «un gesto» para olvidar la huelga
Presionan al Gobierno y le exigen un rápido «cambio radical de actitud», aunque se resisten a convocar legalmente el paro
MADRID. Actualizado: GuardarLos controladores aéreos no tienen claro que una huelga en pleno agosto, aún respaldada por la inmensa mayoría del colectivo, sea la mejor solución para sus intereses. Por eso han dado un paso a atrás y han preferido mantener el suspense sobre la convocatoria legal del paro. Con ello quieren forzar al ministro de Fomento, José Blanco, a que realice «un gesto». En definitiva, que se les conceda en las próximas «24 o 48 horas» alguna de sus peticiones dentro de la negociación de su II convenio colectivo.
Blanco, por su parte, insistió en su disposición al diálogo «siempre dentro de la ley». El ministro, que tampoco aclaró demasiado su posición, abrió la puerta a la esperanza al señalar que su gabinete va a hacer «el intento de abordar esos puntos de la tabla reivindicativa que nos han presentado». Los contactos entre USCA y los representantes de Aena siguen abiertos.
Los vigilantes del cielo reclaman al Gobierno -sin dar demasiados detalles- un «cambio radical de actitud» que, de existir, podría dejar la amenaza de huelga en papel mojado. Las próximas horas serán decisivas, dicen, mientras insisten en que Blanco es el «único responsable» de la situación creada, que tiene en vilo a todo el sector del turismo y a miles de pasajeros.
Ayer, y en un multitudinario encuentro con la prensa, el sindicato de controladores (USCA) retorció un poco más la tuerca de la negociación al subrayar que su comité ejecutivo se reunirá «cuando lo estime necesario» para «valorar la oportunidad de una huelga». Es ese órgano el único que puede tomar la decisión de plantear la medida ante las autoridades laborales. «Puede que haya, o puede que no, dependerá del ministro».
Los controladores llegaron incluso a calificar la amenaza de un paro nacional como de «toque de atención» al Gobierno. «Es su última oportunidad; no queremos ir a la huelga», señalaron los representantes de USCA, que sigue así amagando con el órdago aunque sin poner las cartas sobre la mesa.
Más leña para un fuego que empieza a ser peligroso y que los propios controladores reconocen. «La convocatoria tendría sus riesgos, pues nos podemos ver abocados a un laudo arbitral, que yo creo que es el objetivo del ministro», reconoció Daniel Zamit, portavoz de USCA. Zamit recordó que el Ejecutivo ha laminado las condiciones laborales de los controladores por la vía del real decreto ya en tres ocasiones y que «eso, tiene consecuencias».
Zamit y su compañero en USCA César Cabo aseguraron que, en todo caso, la huelga no se produciría «antes del puente del 15 de agosto» para perjudicar lo menos posible a los ciudadanos. Lógico, por otra parte, pues el paro se debe advertir con diez días de antelación. En todo caso, afirmaron, si llega la huelga «los pasajeros que pidan responsabilidades al ministro, que nos ha empujado a esta situación».
A solas con el ministro
Las peticiones de los controladores son un tanto dispersas. Para empezar, USCA quiere que el ministro Blanco se reúna con ellos a solas, «sin intermediarios». Y es que dicen que «habla de oídas» y les ha hecho «mucho daño». Por eso le invitan a conocerlos y a verlos trabajar en directo, «para que vea el ritmo» que llevan. Dicen que se les ha «demonizado» y «presentado como criminales de guerra» sólo por ganar dinero (350.000 euros anuales de media, que han pasado a unos 200.000 euros tras el 'decretazo').
Ya puestos en 'harina', USCA reclama que Aena acepte «cuatro o cinco» de los doce puntos reivindicativos que le presentaron el pasado lunes. Entre estos, Zamit destacó el de la eliminación de la disponibilidad absoluta los 365 días al año para realizar los 'servicios exprés' cuando fallan los suplentes ya avisados. Junto a esto, el sindicato exige que se cobren los permisos legales y que se les de «una solución» a los controladores de más de 57 años, apartados de las labores operativas de frecuencia y que «vagan por los pasillos como almas en pena».
El colectivo asegura que está desbordado, y pide que Aena aplique de forma inmediata el real decreto de tiempos de descanso aprobado por el Gobierno el pasado día 30 de julio. Una norma que, paradójicamente, los controladores calificaron de «provocación» nada más salir del Consejo de Ministros. Aseguran ahora que «aunque mala, es mejor que la situación de esclavitud a la que nos somete Aena».
La actitud de los controladores ha disparado las alarmas entre las aerolíneas y los empresarios dedicados al turismo, que ven cómo se pone en juego la temporada alta tras un año pésimo, marcado por la crisis económica.