Gurutz Aguirresarobe, custodiado por dos agentes durante el registro a su domicilio en Hernani. :: IGNACIO PÉREZ
ESPAÑA

Cae el asesino de Joseba Pagazaurtundúa

La Ertzaintza investiga si el sospechoso y la otra detenida participaron en la muerte del dirigente del PP Manuel Giménez, tiroteado con la misma pistolaEl ADN de Aguirresarobe es igual al que dejó en una taza el etarra que disparó en 2003 al policía local

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Ertzaintza esclareció ayer un asesinato terrorista que hace siete años y medio convulsionó a la sociedad vasca. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, explicó que, tras años de perseverancia, los investigadores del cuerpo han reunido «todos los indicios» para presentar ante el juez a Gurutz Aguirresarobe, presunto miembro de ETA, como el terrorista que el 8 de febrero de 2003 asesinó de cuatro tiros a bocajarro al entonces jefe de la Policía Local de Andoain y destacado activista por la paz, Joseba Pagazaurtundúa, mientras tomaba confiado su desayuno en una mesa del bar Daytona del pueblo guipuzcoano.

Los restos biológicos que el asesino dejó en la taza de café que bebió en la barra del Daytona, mientras elegía el mejor momento para disparar por la espalda sobre Pagaurtundúa, coinciden con la muestra tomada hace pocos meses a Aguirresarobe, que durante más de un lustro ocultó su probable crimen con una vida rutinaria en Hernani, un pueblo situado a pocos kilómetros de la casa de los Pagazaurtudúa.

Las fuentes policiales no fueron más específicas, pero la muestra se podría haber conseguido durante una de las detenciones que ha sufrido este presunto terrorista por su participación en posibles actos de 'kale borroka', enaltecimiento de ETA o acciones contra la construcción del tren de alta velocidad. Los indicios científicos se vieron reforzados por su aspecto físico, coincidente con la descripción que un testigo hizo del etarra, que huyó en un coche en el que le esperaban uno o dos compinches, nada más dejar herido de muerte al sargento de la policía local, con un balazo en la cabeza y otros dos alojados en el tórax. Su detención es el final de la paciente comprobación, uno a uno, de los ADN de los cientos de terroristas detenidos en Francia y España en los últimos siete años.

Miembros de la División Antiterrorista de la Policía Autónoma Vasca, alrededor de las cuatro de la mañana de ayer, entraron por sorpresa en el domicilio de Aguirresarobe y lo apresaron antes de que pudiese ofrecer resistencia alguna. Más o menos a la misma hora, otro equipo de la unidad especial de la Ertzaintza irrumpió en la casa, también en Hernani, de Aitziber Ezkerra, la novia de Aguirresarobe en el momento del asesinato de Pagazaurtundúa y su presunta «colaboradora necesaria» en este crimen, según las pruebas manejadas por Rodolfo Ares.

El consejero vasco señaló que ambos detenidos formaban en 2003 parte de un grupo 'legal' -no fichado por la Policía- del 'complejo Donosti' de ETA y que, según las investigaciones policiales, desde hace años no tendrían un papel activo y formarían una célula de «terroristas durmientes» que se encontraba «a la espera de una llamada de la banda» para retornar a la actividad criminal y los atentados. Ezkerra, sin embargo, también tiene un historial delictivo más reciente. Pocos meses después del asesinato de Pagazaurtundúa fue encarcelada, dentro de una redada con otros 33 detenidos, como presunto miembro del aparato de captación de ETA y por ayudar a huir a Francia a varios jefes de la banda. Pasó un año y medio en prisión antes de salir en libertad bajo fianza. En la calle continuó su relación con organizaciones vinculadas al frente político y social de la banda criminal.

El consejero Ares indicó que sus agentes registraron las casas de ambos, la de los padres de Aguirresarobe y dos lonjas vinculadas a los detenidos, de donde sacaron documentación y archivos informáticos que aún están en estudio. De hecho, los investigadores no dan por terminada la operación y no descartan más registros o arrestos. Las dos detenciones elevan a casi 60 la cifra de etarras capturados en lo que va de año, otros nueve de ellos por la Ertzaintza. Los arrestos más importantes fueron los que descabezaron a la banda en febrero, con la captura de Ibon Gogeaskoetxea, y en mayo, con la caída de Mikel Karrera y el resto de la cúpula militar.

«Emocionados»

La operación de ayer deja otro fleco del que tirar. Ares recordó que la pistola con la que ETA mató a Pagaurtundúa es la misma con la que los terroristas asesinaron el 6 de mayo de 2001, dos años antes, al presidente del PP de Aragón, Manuel Giménez Abad, cuando se dirigía junto a su hijo al campo de La Romareda para ver jugar al equipo de fútbol de Zaragoza contra el Numancia. Otro de los crímenes de la banda no esclarecidos. El político socialista dejó entrever que parte de los interrogatorios y de la investigación a la que se someterá a los arrestados se dirigirá a aclarar si están vinculados o saben algo de este segundo crimen.

El consejero vasco, nada más producirse las detenciones, llamó por teléfono a la viuda, madre y hermana de la víctima, a quien consideraba «un amigo», para darles personalmente la noticia. La familia emitió una breve nota en la que dijeron estar «agradecidos» y «emocionados» y aseguraron que la buena nueva «significa una fuente de enorme alivio moral».