ESPAÑA

Taurinos y antitaurinos se enfrentan en las puertas de La Monumental de Barcelona

Los aficionados a los toros en Cataluña viven con tristeza y rabia la primera corrida tras la prohibición del Parlament

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Taurinos y antitaurinos volvieron a manifestar ayer sus diferencias y se intercambiaron insultos e improperios frente a La Monumental de Barcelona, donde se celebró la primera jornada taurina tras la decisión del Parlament de prohibir las corridas de toros en Cataluña.

Los diestros Juan José Padilla, Curro Díaz y el albaceteño Miguel Tendero fueron los encargados de lidiar los toros de Valdefresno y Fraile Mazas, en una jornada taurina marcada por la sensación de fin de fiesta y en la que muchos aficionados se vistieron de negro como signo de duelo «por la muerte del toreo».

Una treintena de antitaurinos se manifestó frente a la plaza de toros, mientras otra treintena de aficionados a la fiesta hacían lo propio en la acera de enfrente.

«Es una provocación que vengan a manifestarse cuando ya han conseguido lo que querían», dijo a Efe el portavoz de la Plataforma en Defensa de la Fiesta, Luis Corrales, que aseguró que «hemos perdido esta batalla, pero la guerra continúa». «Estaremos aquí hasta que dejen de torturar animales», respondió el organizador de las concentraciones, Lluis Villacorta, que se manifestó con el cuerpo pintado de rojo, como lleva haciendo durante los últimos seis años.

Mientras que en el exterior de La Monumental el ambiente era tenso, aunque sin incidentes, dentro de la plaza se respiraba tristeza e indignación. Los aficionados, que ocupaban menos de media plaza, se pusieron en pie cuando la banda interpretó el himno de Cataluña, 'Els Segadors', y gritaron «libertad, libertad» en cuanto vieron aparecer a las cuadrilla.

Antes de que las cuadrillas rompieran filas tras el paseíllo, el altavoz de la plaza anunció otra proclama: «Los profesionales de la tauromaquia manifestamos nuestro rechazo a la decisión del Parlament y pedimos que cese la manipulación política de la fiesta».

«Exigimos garantías para ejercer el derecho al trabajo y el derecho a asistir a un espectáculo que forma parte de nuestra tradición y nuestra cultura. ¡Por la libertad! ¡Viva la fiesta taurina!», concluyó el texto.

El ganadero y torero retirado Andrés Moreno dijo que «lo que esta prohibición supone para los ganadores no quiero ni pensarlo, pero me duele mucho más lo que supone para mí como persona, que he toreado 36 tardes en La Monumental, me despedí del toreo en La Monumental y ahora me siento como si me quisieran extinguir».

El Parlament aprobó el pasado miércoles la abolición de la fiesta de los toros en Cataluña, pero esta prohibición no se aplicará hasta el 2012.

«Los toros damos las gracias a Cataluña... pero seguimos sufriendo. España, ¡ayudadnos!», se podía leer en la pancarta que portaba una joven que gritaba «asesinos» a los aficionados a los toros congregados en la acera contraria.

'Correbous'

«A ver si os atrevéis a venir a las tierras del Ebro», respondió un joven aficionado a los toros llamado Víctor Muñoz, en referencia a los 'correbous' (festejos taurinos que no suponen la muerte del toro) que se celebran por las calles de diversas localidades del sur de Cataluña. «La lucha no ha terminado», dijo a la puerta de La Monumental el torero catalán Serafín Marín, que añadió que «muchas veces he dicho que si las cosas seguían así tendría que irme de Cataluña, pero ahora no pienso irme porque mi tierra me necesita».

Marín hizo esas declaraciones rodeado de las banderas catalanas que portaban la treintena de manifestantes protaurinos y de pancartas con lemas como «los toros es cosa nuestra» y «40 años después vuelve la represión del pueblo catalán».

Dentro de la plaza, los aficionados de toda la vida compartían tendido con un nutrido grupo de turistas, como un joven danés que reconocía que le parece bien que prohíban los toros, pero que decidió a acudir a la plaza porque «es la primer vez que vengo a España y sin van a prohibir los toros quizás no tenga muchas oportunidades más de verlos».