El PNV aprieta las tuercas al Gobierno tras ayudar a salvar la reforma laboral
Urkullu amenaza con dejar caer a Zapatero si no acepta su programa de máximos cuando negocien los Presupuestos
MADRID. Actualizado: GuardarLos elogios que José Luis Rodríguez Zapatero dedicó el viernes, en su comparecencia de fin de curso político, al PNV y CiU, requerían una respuesta. Si el jefe del Ejecutivo estuvo próximo a afirmar que ambos partidos han hecho en los últimos meses más que el PP por salvar a España del hundimiento, el presidente de los nacionalistas vascos, Iñigo Urkullu, le avisó de que su indispensable apoyo a los presupuestos generales para 2011 y una eventual alianza para la estabilidad institucional le saldrán caros en términos de autogobierno.
El regreso del debate identitario en Cataluña, a cuenta de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el 'Estatut', ha avivado también las demandas de los nacionalistas vascos. Urkullu, consciente de que debe aprovechar el momento y sabedor de que el voto de sus seis diputados en el Congreso es crucial para garantizar un mínimo de tranquilidad al Gobierno, previno a Zapatero de que si se deja llevar por los recelos del 'lehendakari', Patxi López, a sus exigencias tendrá que recoger los «frutos»: la «posible» caída de su Ejecutivo.
«Él ha hecho por activa y por pasiva una propuesta al PNV para alcanzar un acuerdo en lo que resta de legislatura y nosotros hemos respondido, como siempre lo hicimos con Felipe González y con Aznar, que debe comprometerse con el autogobierno de este país», dijo en un acto en conmemoración del 115º aniversario de la fundación de su partido.
Urkullu no especificó con detalle lo que exige, pero a tenor de las propuestas de resolución del PNV en el Debate sobre el estado de la Nación, el listón está alto: reconocimiento al derecho de libre decisión, participación en competiciones internacionales de las selecciones deportivas vascas o el cambio de denominación oficial de las tres diputaciones por sus nombres en euskera fueron sus demandas. A esto último está abierto el PSOE y también al traspaso de competencias como la inspección de trabajo, la formación profesional continua o créditos, banca y seguros. Pero no a dejar en manos del gobierno autonómico la gestión de la Seguridad Social en su territorio.
El líder del mismo partido que, con su abstención, facilitó que el Gobierno sacara adelante este jueves en el Congreso el proyecto de la reforma laboral (ahora en el Senado), dio a entender que se mantiene en su programa de máximos. «Son competencias que nos corresponden por ley, autogobierno puro y duro, herramientas para mejorar nuestro bienestar -alegó-; no pedimos nada para el PNV, reivindicamos lo que le es propio a Euskadi».
Escollos
En esta negociación, Patxi López se ha convertido en escollo. Advirtió durante el último Comité Federal del PSOE que no consentiría que se le pase por encima. Urkullu recogió su órdago y lo acusó de «sabotaje». «¿Cómo entender que un 'lehendakari' enmiende el cumplimiento íntegro del Estatuto vasco?», dijo.
Lo cierto es que pese a su interés en mantener la tensión política, el PNV ya ha hecho favores a Zapatero. Y algunos le pasan factura. El presidente del partido en Guipúzcoa, Joseba Egibar, replicó a las críticas del sindicato ELA a la reforma laboral, tachada de «carnicería obscena», y en Radio Euskadi apuntó que «aún hay trámite» (en la Cámara Alta) para mejorar el texto.