Jerez

La Junta liderará la ofensiva para recurrir la sanción de Competencia a las bodegas

Garvey insiste en que sólo ha ejercido su derecho a «la autodefensa» y cree que la CNC «ha hecho justicia»

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La resaca de la noticia de la millonaria sanción impuesta por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) a ocho bodegas del Marco de Jerez, la patronal bodeguera Fedejerez y el propio Consejo Regulador de la Denominación de Origen sólo tuvo ayer un aspecto positivo para los afectados: el decidido apoyo de la administración autonómica, que ya ha dejado claro que va a liderar junto a los multados el proceso para recurrir una pena que consideran «injusta» y «desproporcionada».

Desde la patronal bodeguera Fedejerez quisieron poner de relieve ayer «el enorme respaldo recibido desde todos los ámbitos», lo que ha propiciado que los sancionados se sientan con ánimos de «dar el primer paso de esta ofensiva».

Para ello, será fundamental el encuentro que tendrá lugar el próximo lunes en Sevilla entre el Consejo Regulador y Fedejerez y la consejera de Agricultura, Clara Aguilera, donde se analizará la situación y, sobre todo, los pasos que se pueden dar para recurrir esta decisión. Y es que, como destacaron ayer desde la patronal bodeguera, «hay que darle la vuelta a esta situación sí o sí», y en este punto «la Junta de Andalucía ya ha transmitido que está a disposición del sector».

Desde Fedejerez también recalcaron ayer que el aplazamiento al lunes de la reunión que estaba prevista para ayer obedece a que «hay que estudiar las cosas con tranquilidad, con más operatividad, y todas las partes pensamos que para ese día todo estará más claro para poder iniciar el proceso y sacar del atolladero a las empresas».

Las bodegas apuntaron ayer que la implicación de la administración autonómica en este asunto no sólo responde a su apoyo al sector del jerez, sino que se trata de defender el futuro de todo el sector primario. No en vano, y en la misma línea que la propia consejera del ramo destacó ya el jueves, desde Fedejerez criticaron que «en los últimos tiempos el sector agroalimentario está recibiendo todos los varapalos mientras se pasa por encima de lo que hacen las entidades financieras o las energéticas».

Frente a esta visión de los hechos, desde el Grupo Garvey quisieron recalcar ayer su postura, y en un escrito firmado por Alfonso Ruiz-Mateos dejaron claro que no han hecho otra cosa «más que ejercer la autodefensa».

Ruiz-Mateos no oculta que considera que la resolución es «un varapalo para el sector muy duro y muy desagradable», pero recuerda también que cuando el Consejo Regulador cambió «por sorpresa» el cupo de venta de las bodegas su cuota se vio reducida. «Este drástico cambio, tanto el Consejo Regulador como Fedejerez, lo justificaron calculando un cupo concreto y específico para cada bodega según los últimos cinco años. Esta medida generaba un gravísimo perjuicio para Garvey, ya que la media de las ventas de estos ejercicios era inferior a la venta del último año, con lo que no sólo no nos permitía crecer, sino que no podíamos suministrar a nuestros actuales clientes», insiste el escrito.

Por poner cifras a esta situación, desde Garvey apuntaron que «teniendo en ese momento en torno a 90.000 botas y con el cupo de ventas genérico podríamos en un año vender hasta 33.000 botas y, de un día para otro nos dicen que sólo podemos vender 12.000, teniendo contratos de suministros firmados por una cantidad muy superior».

Es decir, «nos encontramos con que siendo los primeros del Marco en existencias teníamos que ir a comprar vino con cupo a otras bodegas, para no fallar el suministro a nuestros clientes, algo totalmente absurdo y rocambolesco».

Desde la empresa de los Ruiz-Mateos hacen hincapié en que en su momento contactaron con el Consejo Regulador y Fedejerez para aclarar esta «inverosímil» situación, pero lo único que encontraron fueron «los obstáculos de siempre, ninguna voluntad de solucionar el asunto. Sin que nadie diera la cara».

«Con una fuerte inversión en publicidad de algunas de nuestras marcas y un equipo de más de cien comerciales en España y otra veintena en los mercados internacionales para incrementar las ventas, de sopetón nos cambian las reglas del juego y de poder vender unos 17 millones de litros de vino pasamos a sólo seis millones».

En esta situación, «acostumbrados como estamos a la guerra y a la pelea», se crecieron para «superar esta injusticia tan dirigida y singular contra nosotros». Fue entonces cuando, tal como explican, pusieron en marcha su defensa jurídica para intentar reparar «esta grave tropelía que se estaba cometiendo, utilizando todos los medios legales a nuestro alcance».

Por eso, cuando se conoció la sanción «no nos alegramos», insiste Ruiz-Mateos, pero también enfatiza que «las sanciones vienen dadas por la Ley, no dependen de nuestra voluntad». En definitiva, consideran que «se ha hecho justicia estableciendo el libre mercado».