El líder calla ante el desafío de Camps

El presidente nacional de los populares no hizo ni una sola referencia durante sus declaraciones en Toledo al acto preelectoral organizado el jueves por su partido en Valencia, que ha sido interpretado como un desafío en toda regla de Francisco Camps a la dirección nacional.

El presidente valenciano y líder del PP en esta comunidad celebró el jueves una junta directiva, a la que no asistió ningún miembro de la dirección nacional ni de sus opositores internos alicantinos, y en la que ejerció como candidato 'de facto' a las próximas elecciones autonómicas, hasta el punto de que designó a los miembros de los comités electoral y de campaña para estos comicios.

Su actitud se ha interpretado como un toque de atención a Mariano Rajoy, que esta semana dejó claro, en su última comparecencia del curso ante el Comité de Dirección, que la designación de los cabezas de lista de las autonómicas se retrasaba hasta septiembre y que, en referencia a Camps y a otros con procesos abiertos, había que aguardar a las decisiones de la justicia. El líder levantino está a la espera de que el tribunal superior anuncie si abre juicio contra él por el 'caso de los trajes', en el que será imputado por un delito de cohecho impropio. La intención del equipo de Rajoy es posponer hasta otoño el inicio de los procesos electorales internos.

Fuentes del PP valenciano informaron ayer, para quitar hierro al acto protagonizado por Camps, que el presidente regional había informado por teléfono a su jefe nacional de sus intenciones horas antes de la reunión en la que se produjeron las designaciones.

El portavoz en la Cortes de los socialistas valencianos, Ángel Luna, dijo que Camps «trata de desafiar a todo y a todos con un comportamiento más propio de un dictador de república bananera que de un gobernante democrático».