Woody Allen sigue una de las escenas de Bruni, que en la foto inferior calma a Sarkozy. :: AP / GTRES
Sociedad

Sarko monta una escena

El presidente francés se encara con los paparazzis en el rodaje de la última película de Woody Allen, en la que Carla Bruni tiene un papel

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El 'cameo' corría a cargo de Carla Bruni, pero Nicolas Sarkozy, que además de presidente de Francia es amante esposo, no quiso ser menos y se convirtió en la estrella invitada del rodaje en París de la última cinta de Woody Allen. La escena, nunca mejor dicho, le quedó redonda y quedará para la posteridad como uno más de los enfrentamientos que el político galo ha protagonizado con los paparazzis.

La pluriempleada Bruni -modelo, cantante, primera dama y ahora actriz- se había dejado seducir por el director neoyorquino y había aceptado un pequeño papel en su última producción, 'Medianoche en París'. No era gran cosa, sólo un par de apariciones interpretando a la directora de una galería de arte.

Todo marchaba según el guión previsto. Carla repitió hasta una treintena de veces una pequeña secuencia en la que no tenía diálogo, pero que desbarataba una y otra vez porque, acostumbrada a mirar fijamente a las cámaras, se dejaba llevar por sus instintos. Mientras, el paciente Allen aguantaba el tirón como podía rodeado por el séquito de escoltas que acompañaban a la esposa del jefe.

Y en éstas se presentó en el rodaje el marido, que apura sus últimas días de vacaciones. 'Medianoche en París' es una comedia romántica y él quería tener un detalle. Pero tras escuchar tantas veces la palabra '¡Acción!', Sarkozy creyó que se encontraba en el rodaje de una de Steven Seagal y le entraron ganas de armar bronca. Y para eso siempre recurre a los paparazzi que le siguen día y noche. A pesar de la que calle estaba cortada por la Policía, al presidente de la República le molestó que más de una cámara inmortalizara, éstas con teleobjetivo, el papelón de su mujer, y quiso liarse a golpes con los reporteros.

Más que una producción de Woody Allen, aquello comenzó a parecerse a una de Almodóvar. Carla Bruni cambió de papel y pasó a interpretar a una bombera 'apagafuegos' para intentar calmar a Nicolas, que se iba a por los fotógrafos con gestos desafiantes. Tras varios minutos de conversación, ella logró finalmente que entrara en razón y con su brazo sobre sus hombros -los dos iban sin tacones- le condujo hasta el interior de un restaurante poniendo fin al altercado.

Y todo esto ocurrió con el director judío sentado en primera fila, que siguió el espectáculo arrepintiéndose más que nunca de haberse llevado los rodajes fuera de su apacible Manhattan. O tal vez tomara notas para un nuevo guión, a pesar de que lo suyo no sean las escenas de acción.