«Sé de muchos extranjeros que han comprado casa gracias a esta cita»
DATA. Actualizado: Guardar«Somos una minoría, pero muy importante». Matthew Coman, principal impulsor del festival alcalaíno está convencido de que el éxito de la cita ha sido la tranquilidad y el boca a boca. Sin grandes pretensiones ideó este encuentro hace ya seis años y desde entonces no ha faltado en el programa cultural veraniego de la provincia.
El que fuera director de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y miembro de The Soloists of London cuenta hasta una treintena de conciertos de primer nivel celebrados en estas seis ediciones. Calidad que ha sido refrendada por el público. «Conozco a muchos extranjeros que vienen a Cádiz sólo por presenciar el Festival Internacional Al Kalat. Algunos de ellos incluso han comprado casa aquí atraídos por él», destaca el músico.
Y es que para Coman, como para el resto de organizadores, la relación entre cultura, turismo y economía es patente en este pequeño pueblo del centro de la provincia. El festival conlleva otras muchas consecuencias, entre ellas, el gusto de los concertistas a la hora de acudir cada agosto a la localidad. En esta edición sobresale el nombre de David le Page, violinista ganador del Premio Sony y que además de actuar llevará la batuta durante cuatro días frente a un nutrido grupo de chicos gaditanos.
La apuesta por la cantera es otra de las razones de ser de este ciclo musical. La Joven Orquesta del Bicentenario bien vale como ejemplo. Por supuesto, también, la difusión del patrimonio local. Ópera, filarmónica y flamenco se funden durante una semana para ofrecer un cartel único en la provincia. Único porque las intentonas de otras ciudades han fracasado por diversos motivos. «En Jimena ha dejado de organizarse, el de Sanlúcar está en duda. Al Kalat ha sobrevivido porque hemos ido poco a poco, no ha sido fruto de un 'boom'. Ha sido muy importante también el apoyo de las instituciones, sobre todo el económico», subraya el director. Matthew Coman resaltó el escaso coste que supone el montaje del festival y el escaso desembolso para la entrada a los conciertos. Poco para unos resultados grandiosos.
A partir del 10 de agosto Alcalá del Valle tiene un objetivo claro: superar la cifra de 2.000 asistentes cosechada en 2009. Igualarla, con los problemas económicos y las múltiples ofertas con las que cuenta el público local, sería ya un triunfo.