Chilla no pudo revalidar el éxito logrado en el anterior Europeo. :: EFE
Deportes/Mas-Deportes

A cuatro metros de la gloria

La jabalinista jerezana no revalida su bronce logrado cuatro años atrás y admite que lanzó «con miedo y algo de tensión» Mercedes Chilla no puede lograr la primera medalla para España y acaba sexta

BARCELONA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A cuatro metros de la gloria. Mercedes Chilla dejó a España sin su primer metal en el Europeo de Barcelona y con una marca de 61.40 metros acabó en sexta posición en la final de Jabalina. La atleta jerezana fue de menos a más durante las seis tandas de lanzamiento y mejoró la marca inicial de 57.82 metros. Sin embargo, la fortaleza de Linda Stahl (66.81), Christina Obergföll (65.58) y Barbora Spotáková (65.36), impidió que Chilla pudiera revalidar el bronce logrado cuatro años atrás en Gotemburgo. La jerezana comentaba al concluir la final que se encontraba «satisfecha por el resultado. Lanzar en tres ocasiones más allá de los 60 metros es para etar contento», aunque matizaba que «es una pena porque he ehcho un lanzamiento de 61 metros que se me escapó de las manos». De hecho, la jerezana reconocía que sintió «algo de miedo desde entonces, y tengo claro que el día en el que lance con menos tensión voy a llegar lejos».

En cuanto al día de hoy, la quinta jornada de los Europeos debe ser la del despegue del equipo español, que persigue hasta seis medallas: dentro del estadio y fuera, donde Jesús Ángel García Bragado, el marchador imperecedero, buscará su tercera medalla en los 50 km (7.35 horas) en una competición en la que, burlando la lógica, ha ido mejorando con el paso del tiempo. Pero la apoteosis debe producirse por la tarde, con Marta Domínguez en los obstáculos, Mayte Martínez en los 800 y el trío de los 1.500.

El estadio Lluís Companys arderá por la tarde después de varios días de vacíos, de huecos, de silencios. La suma de Marta Domínguez y la final de los 1.500 tendrá como resultado el momento álgido de la competición. Los fetichistas del mediofondo podrán ver, por tercera vez en la historia, una gran final de 1.500 al aire libre en España, y eso se notará en las gradas. Ahora, en el marco más humilde de unos Europeos, ha llegado el momento de Manuel Olmedo, el sevillano que siempre pinchaba en los 800 y que ahora presume de esprint en los 1.500, aún pendiente de consagración; de Arturo Casado, un madrileño que ha hecho carrera en la prueba más deseada, y Reyes Estévez, la estrella de la canción, un superclase que un buen día se durmió y que ahora pretende recuperar el tiempo perdido.

El trío español no estará solo. Los británicos, como ya sucedió en los 10.000, quieren hacer un nuevo eclipse. Andy Baddeley es el principal amenaza junto a Tom Lancashire. Los dos, como el francés Kowal, saben que tienen las de perder en una carrera lenta, pero tampoco hay lebreles en la lista de salida que permitan llegar a la meta antes de los 3.35. Y eso es lo que multiplica las opciones de Olmedo, tan sereno y ligero en las semifinales, una incógnita en su primera gran final, Casado, sabedor de que éste puede ser su campeonato después de un año de reajustes, y Reyes, que se despide en su casa de la distancia que le ha hecho una celebridad.

Dos clásicas

Marta Domínguez y Mayte Martínez, la vieja guardia en versión femenina, llegaron a Barcelona desde puntos bien distantes. Una, la palentina, desde la confianza de su oro en Berlín, de su plusmarca en los 1.500, de su estabilidad emocional. La otra, la pucelana, vino desde la incerteza, del martirio de las molestias, de la casa revuelta. En Motjuïc se cruzaron. Marta salió con «sensaciones no muy buenas» de las semifinales de los 3.000 obstáculos; Mayte, al contrario, se reencontró en el anillo y recuperó, al fin, «las buenas sensaciones» en los 800. Y, como si el pasado no contara, este viernes la chica de la cinta volverá a ser la favorita en su final y la mediofondista del caballo alado tatuado en el homoplato entrara en la suya de puntillas. Pero ambas, las dos, castellanas duras como el pedernal, se exprimirán hasta la última gota. Las mujeres más talentosas del atletismo español subirán a la Montaña Mágica.