Juana muestra la foto de su hijo de 17 años, fallecido en mayo. :: román ríos
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«Temo el día que tenga que llevar a mis hijas al hospital de Puerto Real»

Juana Contreras ha denunciado al SAS porque se equivocaron tres veces en el diagnóstico de su hijo que murió de cáncer

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Juana Contreras volverá hoy a pisar el Hospital de Puerto Real, donde comenzó todo. «No tengo otro remedio porque tengo que ir a hacerme unas pruebas y llevo esperando año y medio la cita». No sabe cómo va a reaccionar después de todo lo vivido. Han sido casi dos años de idas y venidas de Barbate al hospital y del hospital a Barbate. Está indignada y teme el momento en el que sus hijas enfermen y se vea obligada a llevarlas al hospital puertorrealeño. «Si puedo no lo haré, antes me voy a Cádiz o a Sevilla pero si puedo evitarlo, no las llevaré allí. Ellas tampoco quieren ir, me dicen que después de lo que le pasó a su hermano no quieren volver».

Han sido casi dos años muy duros y cuando piensa en ellos le invade la indignación y la impotencia. Fue en septiembre de 2008 cuando Fran, su hijo de 17 años, se quejó de un dolor por encima del glúteo. «Fuimos al centro de salud y allí nos dijeron que podía ser lumbago, le hicieron una radiografía pero no vieron nada. Nos recetó Nolotil, ibuprofeno y valium tres veces al día para combatir el dolor». Como éste continuaba decidieron ir al hospital de Puerto Real.

«No nos hicieron ni una analítica. Un traumatólogo nos dijo que era radioculalgia y nos cambió la medicación». Juana le dijo que si con tres valium al día continuaba el dolor «algo más tendría que ser». Quince días más tarde volvieron a ir. Esta vez le dijeron que esclerosis en proximidad de sacro, tras realizarles unas radiografías. Algo que a Juana le extrañó «pero yo no soy médico». Era el tercer diagnóstico que le daban pero Fran no mejoraba y el dolor seguía cada vez más fuerte.

El ingreso

Cansada de esperar continuas citas que se les hacía eterna, Juana tomó la decisión de ir al hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Tras diversas pruebas, llegó el verdadero diagnóstico. Su hijo sufría cáncer de sacro. «El médico me dijo que si lo hubiera llevado allí antes, podrían haber raspado la zona y aplicar tratamiento, pero que ya era tarde porque el tumor había crecido mucho». Entonces, sólo quedaba darle quimioterapia. Es precisamente por este tiempo perdido y «por la falta de asistencia médica» por lo que acudió al Defensor del Paciente. «Yo he dado la cara todo este tiempo, ahora les toca darlas a ellos».

El matrimonio barbateño reclama al Servicio Andaluz de Salud (SAS) la cantidad de 132.000 euros, como indemnización a la «pérdida de un tiempo valioso que posibilitó que el cáncer siguiera creciendo». «Queremos que se conozca lo que nos ha pasado y así evitar que le pueda suceder a otra persona lo mismo».