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Blanco vuelve a escena para forzar la caída de Gómez como candidatoEl Gobierno saca pecho por la visita de Michelle Obama a España
El número dos del PSOE avisa al líder madrileño de que no se ha rendido aún e intentará hacer valer su opinión en septiembre
MADRID. MADRID Actualizado: GuardarJosé Blanco se había echado a un lado para que fueran otros, en mejor sintonía personal con el secretario general del PSOE de Madrid, Tomás Gómez, quienes lo persuadieran para que renuncie a ser candidato. Pero visto que de nada sirvió la intervención del presidente del partido, Manuel Chaves, la pasada semana, el vicesecretario general y hombre de hierro de la dirección socialista envió un recado al líder del PSM para que tenga claro que aún tendrá que soportar su aliento en la nuca.
«Cuando llegue el momento, que es el mes de septiembre, emitiré opinión; porque, indudablemente, la tengo», advirtió en un nítido mensaje preventivo.
Las palabras de Blanco cobran mayor relevancia si se tiene en cuenta que el lunes, José Luis Rodríguez Zapatero había mostrado ante la ejecutiva del PSOE su malestar por el hecho de que la trifulca con la federación madrileña se hubiese aireado en los medios de comunicación, lo que eleva la tensión del debate y pone en riesgo el calendario estricto que se había fijado para abrir el proceso de designación de candidatos a la vuelta del verano. El presidente del Gobierno pidió «discreción». Y su número dos en el partido se vio obligado a hacer una declaración llena de sobreentendidos para no saltarse la orden.
Lo hizo en la sede del ministerio de Fomento, donde, como titular del ramo, acababa de celebrar una reunión con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para sellar el acuerdo del AVE por la meseta. Sabía que al margen del asunto de la obra pública, sería interrogado sobre el órdago inesperado de Gómez a Zapatero, y apenas se le mencionó el asunto entró al trapo. «Siempre me ha guiado una conducta: tratar de apoyar lo que yo entendía que eran los mejores candidatos con el único objetivo de obtener el mejor resultado», dijo.
Leer las encuestas
Es de sobra sabido que Blanco no quiere a Gómez. No ahora que Madrid se ha convertido en una plaza, si cabe, más importante que en 2008 para ganar las próximas generales. El vicesecretario general, que siempre se ha manejado bien con las encuestas, da por hecho que existen opciones más válidas dentro del PSOE. Ayer evitó confirmar que ya ha sondeado las posibilidades de candidaturas como la de Trinidad Jiménez, pero aún así invitó a hacer cálculos. «Yo tengo mi percepción -se limitó a decir-. Hay muchas encuestas que son conocidas y las respeto todas; que cada cual saque sus conclusiones».
Los últimos estudios publicados en varios medios indican, en el mejor de los casos, que Gómez es conocido por el 57% de los madrileños. En algunas no llega siquiera al 50% y, en todo caso, todas pronostican la mayoría absoluta de Esperanza Aguirre, pese a su desgaste tras ocho años en el gobierno y los escándalos de la 'Gürtel' y el espionaje interno.
Pero más allá de las cifras, el número dos del PSOE no dudó en dejar caer que su opinión no es la de un cualquiera. Puso así encima de la mesa su currículo como secretario de Organización y responsable de las campañas que han llevado a Zapatero a la victoria e incluso se permitió un regodeo.
«También en algún momento advertí que habría que adelantar elecciones y no se tuvo en cuenta ese criterio, con las consecuencias que todos sabemos». Era una en alusión velada a la derrota de Emilio Pérez Touriño, el ex presidente de la Xunta gallega. Fue siempre un secreto a voces que Blanco trató de forzarlo para que no agotara su mandato y no lo logró, pero hasta ahora nunca lo había reconocido abiertamente.
Mientras Blanco se explayaba, Gómez optó por guardar silencio y se negó, por lealtad, a replicar a las críticas a su empecinamiento.
La visita de Michelle Obama a España ha generado regocijo entre la clase política española y, especialmente, en el Gobierno. José Blanco interpretó ayer el 'mini veraneo' de la primera dama estadounidense como toda una victoria política sobre Mariano Rajoy. «Una buena lección», dijo.
El vicesecretario general del PSOE aprovechó la ocasión para echar en cara al jefe de la oposición que durante estos años «renunciara a reivindicar España» por su afán de desgastar al Gobierno. «No lo vi defender o elogiar la presencia de España en el G-20», afeó.
Ahora, que la esposa del líder de la primera potencia mundial haya elegido Marbella como lugar de descanso estival, siquiera por unos días, demuestra, a su juicio, que se ha hecho un buen trabajo diplomático en las relaciones con Estados Unidos. «Es -dijo- un motivo de orgullo para el país».
También la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, se felicitó, aún así, de la decisión de Michelle Obama. La número dos de la oposición calificó el hecho de «buena noticia» para todos y se mostró convencida de que su presencia en la costa española servirá para «promocionar las excelencias de nuestro país como destino turístico, cultural y de nuestro patrimonio histórico, medioambiental y de cualquier tipo».