ESPAÑA

Cuando la ideología resulta un lastre

El jefe del Ejecutivo renunció a sus postulados de toda la vida porque no dormía bien por las noches

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Se puede intentar ser coherente toda la vida, pero lo que no se puede es ir y darte un golpe contra la pared por tus concepciones ideológicas». La frase es del propio José Luis Rodríguez Zapatero, en la segunda jornada del Debate sobre el estado de la Nación. La usó para replicar a las críticas de los partidos de izquierda en el Congreso -en este caso concreto de la diputada de Nafarroa Bai, Uxue Barkos- a lo que consideran una traición del presidente del Gobierno a los postulados socialdemócratas y un viraje, en toda regla, hacia posiciones neoliberales. «Ha pasado a engrosar el club de los halcones del déficit», le espetó hace tan sólo unos días el portavoz de ICV, Joan Herrera.

La justificación de Zapatero quedó enterrada entre toneladas de palabras a lo largo de las casi doce horas que duró el pleno, pero encierra un mensaje que ataca de lleno a la que había sido la estrategia del PSOE desde el inicio de la crisis. Los socialistas siempre alegaron que la debacle económica era consecuencia del capitalismo salvaje y las políticas de derechas y que, sin duda, había que buscar soluciones en lo público y las recetas de la izquierda. De un plumazo, convirtió en papel mojado este discurso, válido como teoría pero no, vino a decir, en la práctica.

En un intento de defenderse, el jefe del Ejecutivo replica ahora a sus detractores de Izquierda Unida, del BNG o incluso de los sindicatos que no es lo mismo ser presidente del Gobierno que ocupar un escaño o un cargo público sin responsabilidades en la gestión pública. Lo hizo también en el debate. «He tenido que despertarme durante estos meses con la inquietud de qué ocurriría si los mercados dejaban de financiarnos por sus dudas sobre la fiabilidad y la solvencia a largo plazo de nuestras cuentas y he tenido que tomar medidas, pero no para adoptar principios neoliberales, en absoluto -dijo-; algunas cosas he hecho que pueden ser entendibles».

'Notables'

Hace una semana, Zapatero pidió a los 'notables' de su partido en el Comité Federal del PSOE que pongan en marcha una campaña de explicación para contrarrestar esas críticas que minan su imagen de hombre progresista; la imagen, por cierto, que le convirtió en presidente del Gobierno por segunda vez en 2008. Si venció entonces a Mariano Rajoy -pese al récord de votos conseguido por éste- fue gracias al trasvase de votos de las formaciones de izquierdas y, especialmente, de IU, ICV y Esquerra Republicana. Hoy las cosas quizá serían distintas.

Como cuando decidió subir el IVA -el impuesto de mayor impacto social porque, proporcionalmente, supone más a los que menos tienen- espera que los suyos propugnen el mensaje de que no se está haciendo el «trabajo sucio» a nadie, sino el trabajo que necesita España: «tomar decisiones difíciles con algunos recortes, mínimos, mínimos en política social -alegó- después de haber avanzado en un 50% de incremento del gasto social y en nuevos derechos en materia de dependencia, de becas, de paternidad o de salario mínimo interprofesional».

Su decisión reciente de erigirse en el artífice de la reconversión económica que, según los expertos, requería años, quizá le permita volver salir a flote en términos electorales, pero le cambiará para siempre. La ausencia en Rodiezmo es sintomática. Su participación en la fiesta minera simbolizaba sus lazos con UGT, un vínculo que Felipe González no fue capaz de mantener. Hay dudas de si a la cita asistirá alguien de su ejecutiva. Dicen que sería incómodo teniendo en cuenta la huelga general convocada para 20 días después. Esta semana la UE anunció el fin de las ayudas públicas al carbón en 2014. Los socialistas insisten en que a Zapatero «lo adoran» en la cuenca asturleonesa, pero el SOMA es el sindicato minero y puede haber protestas.