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Baños sin barreras ni peligro
La capital y El Puerto disponen de personal que acompaña a estos usuarios hasta el mar y los vigila mientras disfrutan del aguaLa Caleta, la Victoria y Valdelagrana ofrecen este servicio para personas con movilidad reducida
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLas excursiones organizadas para las personas con movilidad reducida tienen dos destinos claros en la provincia gaditana. Cádiz y El Puerto cuentan en su oferta turística con servicios y programas destinados a este colectivo, que agradece la atención mejorada de los últimos años en este litoral, a la vez que demanda medios más apropiados para avanzar en el bienestar de sus miembros.
El Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) establece una serie de requisitos para catalogar como playas integrales a aquellas que están totalmente adaptadas a las necesidades de las personas con movilidad reducida.
Las observaciones del ICTE apuntan que merece especial atención aquellas playas que cuentan con mayor carga de usuarios, como es el caso de la ciudad de Cádiz, que tiene dos zonas integrales en la Victoria y La Caleta, con un total de cinco puntos de acceso habilitados, libres de barreras para abrir paso al mar y la arena a estas personas.
Sin embargo, estas medidas no siempre eliminan todos los obstáculos. Y los usuarios, que lo viven de primera mano, lo saben bien. Una de las exigencias del ICTE para dotar a las playas integrales de tal denominación es que cuenten con reservas de dos aparcamientos para personas con discapacidad por cada punto de acceso.
La autonomía que confiere a estas personas el poder llegar hasta la playa en su vehículo propio se ve mermada a veces por el uso incívico de algunos. Es el caso que suele darse con frecuencia frente al módulo de la Victoria, donde se puede comprobar que estos aparcamientos especiales se usan como si de plazas de garaje se tratara, ya que se estacionan aquí coches de minusválidos sin que se produzcan movimientos de los mismos a lo largo de varios días. Como consecuencia, quienes se acercan hasta el lugar para disfrutar de la playa veraniega en sus posibilidades no encuentran facilidades en el aparcamiento.
El acceso a la playa se garantiza gracias a la existencia de rampas habilitadas, con unas condiciones específicas, a las sillas de rueda. Se dan en los cinco puntos de acceso, que se localizan en los módulos 3 y 5 de la Victoria, más el desmontable frente a Marianista Cubillo, y en el módulo interior de La Caleta y el que está junto al Castillo de San Sebastián.
A los usuarios le reciben un equipo de socorristas, llamados acuáticos, que prestan su servicio en la temporada estival, desde el 16 de junio hasta el 15 de septiembre. Sólo los meses de julio y agosto se consideran temporada alta y, por tanto, el servicio se amplía desde las 11 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Entre 10 y 15 personas con movilidad reducida asisten diariamente entre semana a uno de los puntos de acceso más solicitados, el módulo tres de la Victoria, aumentado a cifras comprendidas entre 30 y 40 los fines de semana. Entre los usuarios hay personas de todas las edades, también con problemas de movilidad diferentes, aunque socorristas y beneficiarios coinciden en que suelen ser personas que ya han superado en buena parte sus minusvalías.
El atractivo de la playa que atrae a Cádiz a visitantes con movilidad reducida incluye el darse un baño en las aguas de la costa atlántica. Un trabajo que llevan a cabo los socorristas acuáticos, que poseen la misma formación del resto, pero tienen una actividad más dinámica. Ello se encargan de ofrecer una atención constante a este colectivo. Entre los medios auxiliares empleados destacan las sillas anfibias, que son las que transportan de la arena al agua a las personas con movilidad reducida y les ofrece un rato de baño, que depende de la demanda que exista en el momento.
Más personal
Los medios materiales, en cambio, no implican que se hayan aumentado los recursos humanos. Así, al crear el punto de acceso en el módulo de las Sirenas, dos de los cuatro socorristas del módulo 3 se trasladaron hasta la nueva zona habilitada. Con esta acción, ambos módulos cuentan sólo con dos socorristas obligados a permanecer en el agua durante el baño de algún usuario, sin posibilidad de que en ese mismo momento se puedan bañar más ni de atender, si se da el caso, algún accidente que pudiera ocurrirle a este colectivo presente en la playa.
Los usuarios reclaman que a la ampliación de los puntos de acceso en Cádiz se acompañe también por el mismo incremento de personal, aunque sea en días y horas puntuales, como fines de semana y festivos, en horas entre las 11 de la mañana y las 3, y las 5 y las 8 de la tarde.
El otro municipio importante que destaca en la provincia por sus servicios a las personas con movilidad reducida es El Puerto de San María, en Valdelagrana.
Los dos kilómetros de esta playa son uno de los destinos más solicitados por los visitantes de cada verano. Las personas con discapacidad pueden encontrar aquí otro de los puntos habilitados para sus necesidades especiales y disfrutar del proyecto HidroSport 2010, realizado por la asociación portuense de discapacitados físicos La Gaviota, que ha puesto en marcha desde mediados de junio, por séptimo año.
Destinado a promover los beneficios de la hidroterapia entre estas personas en verano, cuenta con la colaboración de la Obra Social de La Caixa y el Ayuntamiento portuense.