Los padres de alumnos esperaban con ganas que empezaran las obras de reforma del centro escolar. :: JAVIER FERNÁNDEZ
Jerez

Los albañiles hacen realidad las demandas del Colegio Provincial de Sordos

El centro escolar estrenará la reforma el próximo curso después de varios años de espera y de convivencia con los desperfectos

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Cuando el pasado mes de enero la Delegación Provincial de Educación anunciaba las próximas reformas del Colegio de Sordos, los padres de los alumnos terminaban una de sus luchas aunque mostraban cierto recelo. «Ahora queremos ver a los albañiles en el colegio» era la frase de la presidenta, Lourdes Damián, que lo resumía todo: a ver cuánto iban a tardar en empezar, definitivamente, las obras.

Seis meses han pasado desde entonces y los albañiles ya se han adueñado del centro del Rancho Colores. «Ahora sí que me lo creo», aseguró Damián, que confirmó que los primeros trabajos comenzaron a finales de junio. «Lo importante es que todo marche bien y que no paren», añadió la portavoz de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos.

Para la comunidad educativa de este colegio de carácter provincial que acoge a casi medio centenar de alumnos, el inicio de las obras «es un gran paso» aunque no se vayan a paliar todos los desperfectos que sufre el centro pero sí los más urgentes. En este proyecto están incluidos el arreglo del vallado perimetral, la construcción de una rampa de acceso peatonal adaptada a discapacitados, el adecentamiento de la entrada al recinto y la reforma del acerado. El plazo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses por lo que es seguro que los albañiles tendrán que convivir con los alumnos al principio del próximo curso escolar. El presupuesto supera los 120.000 euros.

Con retraso

Según los padres y madres de alumnos, el colegio del Rancho Colores lleva desde 1995 reclamando mejoras en sus instalaciones. En los últimos años han intensificado sus peticiones ya que cada vez la situación era más grave. Este mismo invierno las grietas en la base del edificio demostraban que las obras no podían demorarse más.

Aunque estaba anunciado que las obras empezarían en el mes de abril, la comunidad educativa ha tenido que esperar un par de meses más a los albañiles. Estaba previsto conciliar los trabajos con el final del curso -y así estaba contemplado en el calendario de la obra- pero finalmente empezaron cuando ya habían llegado las vacaciones escolares.

Hay que recordar que la Ampa del colegio se ha ido haciendo cargo en los últimos meses de algunas carencias como la falta de agua caliente o el arreglo de una escalera de acceso al comedor.