Rumanía desentierra al dictador
Los cadáveres de Ceausescu y su esposa son exhumados para confirmar su identidad con un análisis de ADN
VARSOVIA. Actualizado: GuardarRumanía, el país que junto con la Albania de Enver Hoxha sufrió el régimen comunista más duro de Europa del Este, regresó ayer a su siniestro pasado al comenzar los trabajos de exhumación de los cadáveres del dictador Nicolae Ceausescu y su esposa Elena, que fueron fusilados el 25 de diciembre de 1989. Los cuerpos, que estaban enterrados en el cementerio Ghencea de Bucarest, serán sometidos a pruebas de ADN para confirmar que son los restos mortales de la pareja que aterrorizó el país de los Cárpatos y lo hundió en la miseria durante 24 años.
Valentin, uno de los hijos de Ceausescu, había exigido un examen forense porque no estaba seguro de que sus padres hubieran sido enterrados en la tumba que lleva sus nombres. Un trabajador del cementerio confirmó a los medios que los trabajos de exhumación empezaron a las siete de la mañana y que «los expertos tomaron muestras de los restos y de la ropa que estaban en los ataúdes». Por su parte, el yerno del ex dictador, Mircea Opran, contó a una televisión que en el ataúd de su suegro sólo había huesos y ropa, y que también estaba la gorra de piel de cordero que Ceausescu llevaba puesta en el momento de su ejecución ante un pelotón de fusilamiento.
Opran aseguró también haber reconocido el abrigo que llevaba el líder rumano el día de su ejecución. «Tenía agujeros, como en los pantalones», y es por eso por lo que «me inclino a pensar que los restos son los de mis suegros, pero no puedo estar seguro al cien por cien hasta que se les realicen las pruebas de ADN», dijo Opran. Según los expertos, el resultado de los análisis se dará a conocer dentro de varias semanas. Después, los cuerpos serán nuevamente enterrados.
Entierro secreto
Valentin Ceausescu había cuestionado la autenticidad de la tumba de sus padres porque no existen documentos oficiales sobre la inhumación. Según la versión oficial, los cuerpos de Nicolae Ceausescu y su mujer Elena fueron sepultados en el cementerio de Ghencea en Bucarest, pero lo que ocurrió es que en una primera etapa, como las autoridades temían que sus tumbas fueran profanadas, ordenaron enterrarlos de noche y bajo cruces con falsos nombres.
Al parecer, tras la ejecución de la pareja, que tuvo lugar en una base militar cerca de la localidad de Targoviste, la cúpula del Ejército organizó el entierro de los Ceausescu a toda prisa y en secreto cuando en Bucarest aún se producían sangrientos combates entre los golpistas que acabaron con la dictadura comunista y sus partidarios. Mircea Opran reconoció que no sabe «qué pasará si se descubre que los Ceausescu no están en estas tumbas», pero adelantó que «probablemente» demandarán al Estado rumano.