La incertidumbre se palpa entre los pocos operarios que quedan
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEn el último tramo hasta el que ha llegado la plataforma en Puerto Real, el silencio apenas era roto ayer por el tímido ruido de un generador, y la única evidencia de mínima actividad era una furgoneta del grupo Tecade, una de las contratas que «aguantan».
Desde lo alto se asoma el encargado, que asegura no conocer ningún detalle de los términos en que hoy se manifestará el ministro. Preguntado por la marcha de la obra, prefiere ser prudente. «Esto va igual que siempre», masculla a pesar de la evidente parálisis
Muy cerca, en una de las naves, los próximos despedidos no conservan muchas expectativas: «No sé si nos recuperarán otra vez, o si llamarán a los portugueses», refleja uno de ellos. La presencia o no de los lusos es un verdadero termómetro medidor del ritmo de trabajo. «Ha llegado a haber más de 60 ó 70 en la ferralla, y no ha quedado ninguno», describe el encofrador de la cuadrilla.
Ellos han ido viendo el desmantelamiento de los equipos, valorado de diferente manera por quienes trabajan codo con codo. Unos hablan de que «como todo es alquilado, puede volver mañana». Otro le replica que «si supieran que este parón iba a ser por poco tiempo, no se lo llevarían».
En un horizonte de sombras, el único peón es el que todavía mantiene ciertas esperanzas: «Esta obra no se para, de verdad, verás como esto sigue», eleva entre el convencimiento y la plegaria.
Sus compañeros de Cádiz no son tan optimistas. «Nos quedamos con lo justito, y eso que aquí ha llegado a haber mucha más gente que en Puerto Real», recuerda un 'empleado de corbata', que no oculta su escepticismo ante lo que hoy pueda anunciar Blanco, tras las esperanzas que puso en él cuando vino de visita a Algeciras.