Confiesan que ahora toman precauciones por seguridad. :: EVA lindberg
Ciudadanos

«En este barrio nos conocemos todos»

El último suceso, una reyerta que terminó con un herido de navaja, ha pasado casi desapercibido en el vecindario

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Aquí nos conocemos todos y cuando sucede algo, sabemos enseguida quien ha sido el culpable, acuérdate de lo de Luisa, todos supimos quién había sido», comentan desde la asociación de vecinos Fermín Salvochea. «Hay algo que en el barrio que no se termina de marchar y eso es lo que está afectando a esto». Se refieren a la droga, a su consumo a y su venta, un problema que para muchos se había quedado en los años 80, pero que aún se niega a abandonar su territorio particular. Para el colectivo vecinal, los últimos sucesos, el asesinato de Mercedes Tello, la reyerta de San Severiano y la pelea del pasado lunes no han dejado indiferente a nadie pero tampoco han quitado el sueño a la mayoría de los vecinos. Hacía tiempo que no pasaba nada grave entre las calles de Guillén Moreno, «pero ahora ha sido todo de golpe, uno detrás de otro». «Es cierto que se ha comentado mucho, en pequeños corros porque todavía hay miedo a hablar, pero la gente no ha cambiado su rutina. Ahora lo que hacen es esperar a que vengan el marido o el hijo para recogerla o se van a las diez y media en vez de a las once de la noche».

Antonia regenta una tienda en las cercanías del barrio. Ella ha vivido siempre por la zona, en el número 5 de la calle Cal y Canto para ser más exactos. Cuenta que «era cuestión de tiempo que algo pasara en el número 7 o relacionado con él». Para Antonia, lo de San Severiano fue una pelea «de borrachos» que se fue de las manos, «porque aquí se habla mucho entre algunos vecinos y dicen que no solo la miró, que le dijo algo más, algo que si me lo dicen a mí estando mi marido presente también se lleva un puñetazo».

Peleas con pasado

Lo del número 7 es distinto. «Ellos son los hijos de los hijos que hace 20 años protagonizaron problemas muy parecidos, incluso para muchos lo de Mercedes no fue un simple atraco, 30 puñaladas son muchas puñaladas».

Dos calles más atrás, Damián cuenta que él no es del barrio aunque sí trabaja allí. «Por aquí se ha dicho de todo, pero siempre de puerta para dentro y hay muchos que están preocupados. Yo por si acaso siempre miro hacia atrás cuando cierro».

En una de las panaderías afirman que «la gente ya ni se acuerda de lo que ha pasado, mientras hacen cola para comprar el pan hablan más del calor que hace aquí dentro con el horno que de los sucesos».