Los bomberos abandonan el Hotel Ritz de Madrid tras apagar el fuego originado por una sartén. :: ROBERTO VILLALÓN
Sociedad

Al raso con pijama de seda

La intensa humareda originada por el incendio de una sartén obliga a evacuar el hotel Ritz en plena madrugada

MADRID. Actualizado: Guardar
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Algún grito, muchos nervios y un gran desconcierto se apoderaron de los clientes del Ritz en la madrugada de ayer. Una sartén en llamas incendió la campana extractora en la cocina y generó una densa columna de humo que obligó a evacuar a los exclusivos clientes del hotel. Muchos pasaron la noche al raso y en pijama en los jardines del selecto y centenario establecimiento, el de más solera de la capital. La llamarada se produjo poco antes de las dos de una calurosa madrugada. Abrasó unos cables, causó un cortocircuito, el consiguiente incendio y la densa humareda que generaron cierto caos. El edificio quedó a oscuras y sin agua, pero no hubo que lamentar heridos y los daños materiales fueron escasos.

La humareda obligó a un desalojo total y no del todo ordenado, según algunos. Se dispararon las alarmas, saltaron los automáticos, se fueron el agua y la luz, y hubo que recurrir a un sistema de generadores para disponer de fluido eléctrico. Se colapsaron durante varias horas los teléfonos y se cayó internet. Francisco García, director de guardia del hotel, fue quien puso en marcha el protocolo de actuación de acuerdo a los planes de emergencia y evacuación previstos en los procedimientos de seguridad.

El humo fue mucho más aparatoso que el fuego que lo originó y la columna tóxica ascendió desde la cocina, en la planta baja del inmueble. A pesar de que el fuego ya había sido extinguido por trabajadores de la casa y agentes de policía, tres dotaciones de bomberos tuvieron que esmerarse en disipar unos humos que desde las chimeneas invadieron pasillos, habitaciones y suites.

Al jardín

Muchos de los 208 exclusivos clientes alojados detectaron el fuerte olor a quemado y salieron de sus habitaciones con lo puesto, en la mayoría de los casos el pijama, eso sí, de firma y de tejidos nobles como la seda o el raso, como cumple a la categoría de un establecimiento tan elegante y decadente como el Ritz. Esperaron en el jardín a que se disipara el humo y llegara el día. Algunos se quejaron de ausencia de información por parte de los responsables del hotel y de falta de determinación de un personal que no acertaba a dar las claves de lo que estaba ocurriendo.

Bastantes clientes optaron por permanecer en el hotel a pesar del desconcierto, como confirmó ya de día el director de ventas del hotel, Fabio León Ramírez. Los que partían de viaje ayer pudieron recuperar sus enseres y fueron conducidos al aeropuerto por las dotaciones de bomberos. Centenar y medio de huéspedes fueron alojados en algunos de los hoteles colindantes. El Ritz estará cerrado «en principio» hasta el próximo viernes, según confirmó la empresa propietaria Orient-Express Hotels Ltd, que precisó que las inspecciones de seguridad del edificio «están al día y oficialmente certificadas». Los clientes que tengan reservas para los próximos días deben contactar con sus agencias para tramitar los cambios de alojamiento.