La plantilla da tregua hasta mañana, pero si no cobra «volverá a la carga»

Las bocinas, las cacerolas y hasta algún tambor sonaron de nuevo ayer a las puertas del Consistorio jerezano. Fueron de nuevo los trabajadores municipales convocados por CGT, SIP, CSIF y ATM, que pese a saber que no será hasta después de hoy cuando empiecen a recibir los ingresos ayer a las 10 no faltaron a su cita diaria.

No obstante, ayer acudió menos gente a la movilización, y eso pese a que las secciones sindicales convocantes instaron el pasado jueves a aumentar la presencia de empleados. A este respecto, el portavoz de CGT, José García, dejó claro que «hay mucha gente de vacaciones», y también «cansancio» entre los trabajadores, «muchos de los cuales pertenecen a departamentos muy alejados del centro».

Sea como fuere, lo cierto es que la protesta de ayer fue casi un trámite para que todas las partes afianzaran posturas y para volver a dar un repaso a centrales sindicales como la CTP, que la pasada semana les recriminó su actitud y a la que ayer García volvió a acusar de «hace sindicalismo de alfombra». Hubo para todos, y a CC OO y UGT también les recordó que «es mentira que hayamos iniciado acciones unilateralmente acciones. Se les envió una carta y cuando nos vimos sólo querían nuestro trabajo para movilizar de cara a la huelga general», dijo García.

La CGT también quería reunirse con el equipo de gobierno o el grupo socialista, pero desde el Consistorio dejaron claro que ya se les convocará una reunión esta semana con el resto de representantes de los trabajadores.

Y aunque la concentración de ayer fue descafeinada, y pese a que los sindicatos decidieron con toda lógica que hoy no habría protesta -no será hasta mañana cuando el Ayuntamiento pueda empezar a pagar-, lo que no bajó de nivel fueron las críticas a la persecución que están sufriendo los que han decidido secundar estas protestas, así como la advertencia lanzada al equipo de gobierno: «Si el miércoles no se han hecho efectivas las nóminas volveremos a la carga, y entonces todo será mucho más difícil de controlar», apuntó García.