La presencia de los agentes es muy efectiva y consigue, de momento, controlar la presencia de los jóvenes en las inmediaciones de Los Bateles.:: J. M.A.
Ciudadanos

La presión policial desplaza la movida nocturna en La Janda

La prohibición de hacer botellón en Conil lleva a miles de jóvenes a buscar alternativas de ocio en discotecas de El Palmar y Los Caños

CONIL. Actualizado: Guardar
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La movida nocturna de la costa de La Janda está transformándose a pasos agigantados este verano. Después de que Conil prohibiera el botellón en sus calles a golpe de ordenanza y con un amplio despliegue policial y de sanciones desde principios de julio.

Los datos parecen darle la razón al Ayuntamiento conileño. La concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Conil, Pepa Amado, considera que la localidad costera ha sido capaz de acabar con esta práctica «en un tiempo récord» y recuerda el «intenso» trabajo que el Consistorio ha llevado a cabo en los últimos días para concienciar a la población de la nueva normativa.

En las tres primeras semanas de aplicación de la ordenanza que no permite beber en la calle, la Policía Local conileña ha impuesto más de medio millar de sanciones. El último parte policial, que analiza los datos de estos últimos días, arroja una cifra de 242 actas de sanción, en la que una gran mayoría son multas por beber en la vía pública.

Pero el problema no ha acabado, sino que más bien se ha trasladado unos cuantos kilómetros hacia el sur. En las localidades de Vejer y la pedanía de El Palmar se es consciente de la nueva realidad, y la preocupación es creciente.

El alcalde de la población vejeriega, Antonio Verdú, ya ha mantenido varios encuentros con los responsables de las macrodiscotecas y locales nocturnos ubicados en El Palmar, caso del Ojú, El Cortijo o Sala Edén.

El regidor explicó ayer a este medio que ha solicitado «la máxima colaboración» a sus propietarios para «garantizar la seguridad en estos recintos y su entorno».

No es para menos. Los últimos fines de semana estos establecimientos han copado gran parte de la movida nocturna y del flujo de jóvenes (y del negocio) que se daba cita años atrás en el recinto de ocio de las Carpas de Los Bateles.

Las discotecas sí dejan

Hasta esos locales llegan cada viernes y sábado miles de personas. Hasta ahí todo normal. El problema es la ubicación de los locales, y el enfoque que tradicionalmente han tenido. «Todo el que llega a Conil termina en Los Caños o El Palmar y sabe a lo que va», reconoce Juan María Gómez, uno de los empresarios del ocio de Conil.

Las macrodiscotecas, pero también los locales enfocados a un público minoritario, están realizando cada noche una agresiva estrategia comercial para captar clientes. Los empresarios de El Palmar y Los Caños han encontrado una fórmula para atraer a los jóvenes.

Así, en algunos de esos locales se permite a los grupos beber en sus aparcamientos con coche incluido, a cambio de una entrada cuyo precio oscila entre los 8 y los 10 euros. El negocio es redondo, e incluso es posible encontrar relaciones públicas de las discotecas repartiendo invitaciones para captar clientes en cualquier calle de Conil a primera hora de la noche.

Esta circunstancia está haciendo que el perfil de público que ha empezado a acudir a estos antiguas locales 'after-hours' sea mucho más heterogéneo que antaño.

En la última década Los Caños era el lugar elegido por miles de jóvenes de Sevilla, Madrid y localidades de la provincia para divertirse a altas horas de la madrugada. Cuando el recinto de Las Carpas de Los Bateles cerraba, la caravana de coches se hacía interminable.

Ahora la edad de los usuarios de estos establecimientos ha descendido mucho, y allí se congregan personas de generaciones diferentes y con intereses distintos.

La Guardia Civil sabe bien que ese cóctel es peligroso. Por ello, y aunque en lo que va de verano no se han producido incidentes de gravedad, la Subdelegación del Gobierno se mantiene alerta y ha reforzado el dispositivo de vigilancia y control en la zona durante los fines de semana. En lo que va de verano se han efectuado varias operaciones contra el tráfico de estupefacientes y ha habido más de una decena de detenciones. Especial hincapié se está poniendo precisamente en el menudeo y en los controles de alcoholemia.

Y es que la carretera de Los Caños que une Conil con El Palmar en Vejer-Costa es la nueva ruta de la diversión nocturna para muchos jóvenes en la provincia.