Economia

El absentismo de los controladores se multiplica por diez en Barcelona

José Blanco trasladará a la Fiscalía el inusual aluvión de bajas médicas, que cree una acción concertada

MADRID. Actualizado: Guardar
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La media de absentismo entre los controladores aéreos en España es del 5%. Pero ayer, en plena operación salida de vacaciones , faltaron a su puesto 28 de los 61 vigilantes del aire previstos en el centro de control de Barcelona. Es decir, el 46%. Algo que provocó fuertes retrasos en todo el área mediterránea, sobre todo en Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana.

Casualidad o no, se repite el extraño fenómeno de los últimos días, en los que decenas de controladores se han puesto enfermos horas antes de sentarse en su puesto de trabajo. Una 'epidemia' que el ministro de Fomento, José Blanco, tiene claro que responde a una estrategia concertada de presión en la negociación abierta para cerrar el convenio colectivo del sector.

Blanco ha advertido que trasladará los hechos a la Fiscalía, al tiempo que ha denunciado el gran impacto que estos sucesos crean entre los ciudadanos y las aerolíneas. El ministro ha ido un poco más allá y, sin ser demasiado explícito, ha recordado que su departamento «tomará decisiones, incluidas algunas que pueden preverse en la nueva ley que hemos aprobado». Un aviso a navegantes, ya que el texto legal contempla sanciones muy graves para los casos en los que se afecte negativamente a la seguridad o «se menoscaben de forma grave o reiterada la eficacia o la continuidad de la prestación de los servicios». Actitudes que, además, podrían ser causa de despido disciplinario. Si Aena tuviera que tramitar un expediente previo al despido disciplinario, el acuerdo de incoación podrá disponer la suspensión provisional de empleo y sueldo del trabajador afectado.

La propia Aena afirma que la acumulación de bajas, que en la mayoría de las ocasiones se comunican sin el tiempo suficiente para buscar sustitutos, «tienen el evidente objetivo de entorpecer el tráfico». En definitiva, una estrategia.

El gestor aeroportuario ha dejado en manos de la Inspección de la Seguridad Social la investigación del aluvión de bajas para, si existieran pruebas de esa concertación, castigar a los culpables con todo el peso de la ley. Los controladores aéreos, por su parte, niegan cualquier huelga encubierta y denuncian una enorme presión por parte de Aena y Fomento.