donde las calles no tienen nombre

¿Y las serpientes de verano?

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Uno empieza a ser ya de los veteranos en esto de la información local, que le vamos a hacer. Así que se tiene perspectiva histórica para analizar muchos de los acontecimientos que tienen lugar en esta ciudad tan peculiar y especialista para algunas cosas como es Jerez. Hemos sobrepasado ya el ecuador del mes de julio y llegadas estas fechas tradicionalmente comienza a escasear la materia prima para los periodistas. Todo se paraliza, el mundo se va de vacaciones, los días son inhábiles para cualquier cosa y faltan noticias, falta combustible en los medios de comunicación. Es entonces cuando brotan como champiñones esos socorridos reportajes –muchos realizados por los becarios que pueblan las redacciones– sobre el zoológico (es lo más socorrido), los destinos vacacionales preferidos por los jerezanos, las terrazas de verano y cuantos temas alcance la imaginación de los sufridos periodistas que no han podido coger todavía su descanso estival o que ya han vuelto del mismo. Estos meses son terreno abonado para toda asociación, colectivo, grupo de vecinos o similar que tenga algo que contar. Los periódicos, las emisoras de radio y las cadenas de televisión abren los brazos casi a cualquier propuesta.

En Jerez, además, tenemos una suerte, y es que desde mediados de agosto empieza a ser noticia la vendimia y podemos estar uvas arriba, uvas abajo hasta las cercanías del mes de octubre. En estas circunstancias, cualquier tema informativo, por intrascendente que sea, que tenga un poco de continuidad en el tiempo y sea susceptible de ser contado en varios capítulos se convierte en un oscuro objeto de deseo para los profesionales de la prensa. Es lo que llamamos ‘serpientes de verano’, un invento que a lo largo de la historia ha evitado el suicidio de numerosos redactores jefe o el hara kiri de los plumillas de guardia. Este verano, sin embargo, no está sucediendo lo mismo.

Hoy es 18 de julio y parece que estuviéramos en cualquier día de febrero, mayo o noviembre, en mitad del curso político y escolar, en mitad de la vorágine que arrastran los días normales de un mes normal. No debería ser así, la ciudad debería ser un páramo, debería haber más jerezanos en Zahara, Conil oValdelagrana que en la calle Larga o la Alameda Cristina. ¿Será una consecuencia más de la crisis? ¿Se ha convertido la vida diaria de la ciudad en un encefalograma plano que no descansa ni siquiera cuando llegan julio y agosto? Si se dan cuenta hemos dejado atrás una semanita de lo más movida. Una operación antidroga con trece detenidos; dos menores de edad acusados de propinar una brutal paliza en el parque González Hontoria a otros tres chavales; el Pendón de la Ciudad, del siglo XIV e incalculable valor histórico, desaparecido o extraviado; los trabajadores del Ayuntamiento protestando todos los días a las puertas del Consistorio; las máquinas derribando la antigua cárcel…por haber está habiendo hasta actividad en el seno del Xerez Deportivo: Edu Moya, Capi, Bruno Herrero, Joselito Vega, el adiós de Gorosito, el posible fichaje de Javi López.

Alguien podría decir que la serpiente de verano es el conflicto de los trabajadores del Ayuntamiento de Jerez y sus protestas por el retraso en el pago de las nóminas. Pudiera ser, aunque para ser rigurosos, este tema no ha surgido en verano sino que viene arrastrando de antes. De las últimas noticias la que más ilusión me ha hecho es la que anuncia la más que posible reapertura del Museo Arqueológico de Jerez para principios de 2011 gracias a 280.000 euros que van a llegar los fondos E y Proteja. Lo dicho, está siendo un verano muy raro en esto de la información local, aunque por lo menos de vez en cuando y sin que sirva de precedente se cuelan en nuestros periódicos e informativos buenas noticias, que falta nos hace y que siempre son más agradables que cualquier serpiente veraniega.