El barco libio sucumbe a la presión israelí
El capitán del 'Al-Amal' decide desviar la ayuda humanitaria a Egipto pese a la oposición de los activistas
JERUSALÉN. Actualizado: GuardarEl barco libio con 2.000 toneladas de ayuda humanitaria para Gaza se resistió durante todo el día de ayer a las exigencias de Israel de que torciera su rumbo para atracar en las costas del Sinaí, pero al final tuvo que rendirse. Según confirmó un oficial egipcio, pasadas las nueve de la noche -una hora menos en España-, el carguero hacía su entrada en el puerto de Al-Arish, dejando así atrás su objetivo inicial de alcanzar la Franja, que queda a 45 kilómetros de distancia.
El desvío del 'Al-Amal' (La esperanza), botado con el nombre de 'Amalthea', fuera de la zona de exclusión marítima impuesta en Gaza significaba misión cumplida para la Marina judía, que desde la noche anterior había permanecido en alerta y persiguiendo de cerca al buque en un pulso que hizo temer un asalto como el protagonizado contra el 'Mavi Marmara'. «No les estamos rodeando, les estamos siguiendo», decía una fuente militar desde Tel Aviv, cuando la fundación Caridad Internacional y Asociación de Desarrollo -presidida por un hijo del líder libio Muamar al Gadafi y responsable del barco- denunció que estaban siendo forzados a poner destino a Egipto e insistió en su intención de llegar a Gaza.
Deformar la realidad
Desde Trípoli, el jefe de la organización activista, Youssef Sawani, era rotundo: «Cualquier indicación de que hemos variado nuestro curso o el destino -decía- no es nada más que un intento de deformar la realidad y de imponer el guión que a los israelíes les gustaría ver».
No obstante, lo que parece que acabó doblegando la determinación del 'Al-Amal', de bandera moldava pero propiedad de una naviera griega, y creando un desacuerdo a bordo entre los nueve activistas que viajaban a bordo -seis libios, un nigeriano, un marroquí y un argelino- y los once miembros de la tripulación - cubanos, haitianos y panameños-, fueron las advertencias a su capitán. Radio Israel difundió una grabación en la que, supuestamente en aguas internacionales, se notificaba al comandante, de origen cubano, que sería responsable legal de un posible enfrentamiento. «Cualquier intento de entrar en el área (de exclusión marítima de Gaza) será culpa tuya», decía la voz, identificada como la del negociador hebreo. Durante la noche, el barco había sufrido una misteriosa avería en los motores que lo tuvo inmovilizado horas.
Más allá del escenario marítimo, el diputado de la Lista Árabe Unida en el Parlamento de Israel (Knesset), Ahmed Tibi, mantuvo durante toda la jornada de ayer su confianza en que el carguero intentaría arribar a Gaza «a pesar de cualquier amenaza del Ejército judío». «No llevan armas ni explosivos, sólo comida y medicinas», aseguraba en apoyo a la expedición libia.
El 'Al-Amal' partió el pasado sábado desde Grecia decidido a romper el bloqueo marítimo de Gaza. A mediados de junio, otras expediciones procedentes de Irán y Libia habían cancelado sus misiones, con las que intentaban conseguir lo que no pudo terminar la flotilla internacional que fue asaltada el 31 de mayo por las fuerzas judías.
El material que viaja a bordo del barco libio será ahora descargado en Egipto, según informaba ayer desde El Cairo su ministro de Exteriores, Ahmed Aboul Gheit, y entregado a la Media Luna Roja para que lo haga llegar a Gaza por carretera.
En la Franja, el líder de Hamás y primer ministro de su depuesto Gobierno, Ismail Hanniya, llamó ayer a que «los convoyes continúen por tierra y por mar» y pidió ayuda a los países musulmanes para levantar el bloqueo israelí a Gaza. «No caigáis en trucos ni atraquéis en ningún otro punto que no sea nuestra tierra. Estáis navegando esperanza en el mar», manifestó. El dirigente islamista calificó la reciente relajación del cerco aprobada por Israel de intento de «sortear la demanda de levantarlo por completo», algo que -a su juicio- está «muy cerca» de ocurrir.