Contador entrenó ayer en el primer día libre del Tour. :: EFE
Deportes/Mas-Deportes

Contador, a cerrar los Alpes en carroza

La Colombiere, Aravis, Saisies y La Madeleine, despedida peligrosa antes de que el Tour de Francia pase por el Macizo Central Armstrong y el RadioShack moverán la carrera, lo que llevará a que se produzcan situaciones raras

MORZINE. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Ha cambiado la jerarquía del Tour? La ausencia de Lance Armstrong de los primeros lugares, su lejanía de la clasificación general, parece llevarnos a un nuevo cambio de ciclo, aunque lo cierto es que el gran cambio ya se produjo en 2006, con su primera retirada del ciclismo.

En 2009 llegará la segunda, que va a resultar muy distinta. ¿Cómo se encontró Armstrong el ciclismo y cómo lo va a dejar de nuevo? Sembrado de dudas, al igual que en 2006. Basta con ver lo que ha pasado desde entonces para entender que cinco años después, esto no es lo que era, ni tampoco se le parece a lo que había entonces.

Desde la salida del Tour de Estrasburgo, con las retiradas de Basso, Ullrich y Mancebo, más el equipo Liberty al completo con Contador, Beloki y Vinokourov, entre otros, pasando por todo lo que ha ido llegado después, nada bueno, por cierto, nos hemos plantado en 2010, en un Tour que estaba marcado y que tras la caída de Lance Armstrong, lo estará todavía más.

¿Están los jóvenes capacitados para coger el poder? Si miramos la general, podemos decir que, como sucede siempre, entre los diez primeros hay la misma mezcla que hemos visto desde tiempos inmemoriales en el Tour.

Hay cosas que no cambian y esa es una de ellas. El maillot amarillo es Cadel Evans, que tiene 33 años, seguido de Andy Schleck, de 25 y Alberto Contador, con 27. Leipheimer, Samuel Sánchez y Michael Rogers también son treintañeros, al igual que Menchov, Sastre, Basso y Wiggins.

Aportan algo más de novedad, que no de frescura. Jurgen Van den Broeck, con 29 años, Hesjedal, también con 29 años, y el checo Roman Kreuziger, el más joven de todos ellos, con 24 años. Robert Gesink también es de los que tiene mucho tiempo por delante, con la misma edad.

No se puede hablar de un cambio generacional, ni tan siquiera de un cambio puesto que estamos haciendo un análisis con una etapa alpina muy complicada por delante, y los Pirineos enteros, más la contrarreloj final.

Despedida envenenada

Digamos que el Tour ha perdido a Lance Armstrong, en la lucha por la general, y eso sí que puede desequilibrar la carrera. Lo que no sabemos es en qué sentido lo hará. Carlos Sastre lo explica de forma muy sencilla: «Cada corredor sabe lo que tiene que hacer, las fuerzas con las que cuenta y decide qué decisión tomar. Contador hizo lo que creía que tenía que hacer, aunque sí es verdad que estuvo durante muchos kilómetros de la subida expuesto al aire que pegaba de frente».

Samuel Sánchez es de los que piensa que «Astana ha demostrado que es el equipo más fuerte del Tour. El confía en su equipo y su equipo en él. Dijo que no tuvo su día. Sí el que vimos en Avoriaz es el peor Contador que vamos a ver en el Tour, ya me dirás. Sigue siendo el favorito número uno. Los demás tendremos que seguir su rueda».

¿Qué va a hacer Armstrong? Todo el mundo piensa que se va a mover, que puede hacer oscilar la carrera con su equipo e influir en quien puede ganarla, o perderla: «Yo voy a ayudar al equipo». ¿A nadie más?

Cuando le quedaba poco para retirarse por primera vez nombró su sucesor: Iván Basso. La vida del ahora líder del Liquigas ha dado mucha vueltas, demasiadas. No ha sido su sucesor, pero al menos continúa metido de lleno en su profesión.

Todo el mundo sabe que le tira más Andy Schleck que Alberto Contador. Johan Bruyneel, su director, no tiene dudas: «Tendremos que cambiar de táctica. Sin las caídas, Armstrong hubiese estado a su nivel. Tengo que hablar con los corredores antes de tomar una decisión sobre lo que vamos a hacer».

Y lo que va a venir es un carrera muy movida, muy abierta, basada en una impresión que da la general y que se está extendiendo como una mancha de aceite dentro de los corredores: no hay nadie imbatible. Entre el primero y el decimoquinto clasificado, Vinokourov, hay tres minutos de diferencia. Muy poco tiempo para pensar que hay algo decidido. El problema es que llevamos sólo ocho etapas y quedan doce por delante. Entre lo que queda está la jornada de hoy, la más dura de los Alpes, con los puertos de La Colombiere, Aravis, Saisies y La Madeleine, uno de esos días en los que es necesario estar rodeado de un buen equipo, que lleve el control de carrera, que maneje las escapadas, que sepa cómo moverse.

En un Tour que ha ido más o menos controlado, lo sucedido en Avoriaz, tanto entre los mejores, donde llegó un grupo de corredores en el mismo tiempo, como lo que le pasó a Lance Armstrong, podemos encontrarnos de forma brusca con otra interpretación de la prueba, con equipos, ahora ya sí, interesados en moverla, en comenzar a descartar mas corredores, a pesar de que el final es en bajada, o quizá por eso precisamente.

La despedida de los Alpes puede resultar envenenada, con muchos dardos circulando entre los puertos y una diana clara: Contador.